LED ZEPPELIN

Jimmy Page: guitarra / Robert Plant: armónica y voz / John Paul Jones: bajo / John Bonham: batería

 

ÍNDICE

TEMAS SOBRESALIENTES

        - Introducción

1969 - Led Zeppelin

1969 - Led Zeppelin II

1970 - Led Zeppelin III

1971 - Led Zeppelin IV

1973 - Houses Of The Holy

1975 - Physical Graffiti

1976 - The Song Remains The Same (live)

1976 - Presence

1979 - In Through The Out Door

 

SINGLES y ARCHIVOS:

1982 - Coda

1997 - BBC Sessions

2003 - How The West Was Won (live)

 

COMPILADOS DE HITS:

1992 - Remasters

Dazed And Confused (Led Zeppelin)

How Many More Times (Led Zeppelin)

Whole Lotta Love (Led Zeppelin II)

What Is And What Should Never Be (Led Zeppelin II)

Heartbreaker (Led Zeppelin II)

Hey, Hey What Can I Do (Single)

Immigrant Song (Led Zeppelin III)

Since I've Been Loving You (Led Zeppelin III)

Stairway To Heaven (Led Zeppelin IV)

When The Levee Breaks (Led Zeppelin IV)

No Quarter (Houses Of The Holy)

The Rover (Physical Graffiti)

Kashmir (Physical Graffiti)

Achilles Last Stand (Presence)

Travelling Riverside Blues (BBC Sessions)

 

INTRODUCCIÓN

 

¿Led Zeppelin? ¡Ah sí! Led Zeppelin... ajá, los Beatles de los 70, si, los creadores del heavy metal... y ¿No fue Led Zeppelin el grupo que hizo esa bonita canción sobre la escalerita? Dificil tarea esta señores... revisar nada menos que a Led Zeppelin es un ejercicio harto complicado. Es que ¿Saben? Esta banda fue grande, grande en serio y hay tanto fuego cruzado a la hora de teorizar sobre su legado musical que francamente no estoy seguro de que quiera meterme en el medio.

Basta de tonterías. Verán, Led Zeppelin sigue siendo una de mis bandas favoritas y lo único que tengo que hacer aquí es explicarle a la gente por qué a mí, justo a mí, un tipo de buen gusto y aceptable juicio crítico que disfruta con el jazz y la música clásica viene a gustarme esta panda de pretenciosos, machistas, metaleros drogadictos, plagiadores irreverentes de los maestros del blues y patéticos seguidores de la magia negra y el misticismo de segunda mano ¡Jaraja! Sip: así como Led Zeppelin ha sabido conquistar legiones de seguidores y admiradores, también ha generado su buena dosis de odio y desprecio, odio y desprecio que auspicia la tan negativa imagen que acabo de dar de la banda. Ocurre que a lo largo de los años Led Zeppelin ha sido considerablemente sobrevalorado: mucha gente no ha podido tolerar esto y terminaron pasándose al otro lado, a veces hasta extremos que impiden apreciar los méritos de Led Zeppelin. Ahora bien: no dejemos que la rabia nos enceguezca y tratemos de hacer un análisis desprejuiciado. Dejemos de lado la rabia de que se hable más de Led Zeppelin que otros grupos igualmente respetables de la época como Deep Purple, Mountain, Black Sabbath o Atomic Rooster. O la rabia de que se hable bien de Zeppelin cuando sus últimos tres o cuatro álbumes han sido verdaderamente obra de la mediocridad. O la rabia de que Page y Plant hayan plagiado a granel a los maestros del blues. O la rabia de que sus ridículas pretensiones de mísitica y ocultismo efectivamente fascinen a alguien. Dejemos de lado el prejuicio y tratemos de hacer un balance entre lo bueno y lo malo de Led Zeppelin.

Para empezar, tengo que decirlo, Led Zeppelin es en realidad una banda, si no de genio, de talento. Generalmente suele aparecer una "santísima trinidad del heavy metal" junto a Deep Purple y Black Sabbath y tengo algo que decir al respecto. En primer lugar: Led Zeppelin no es heavy metal; puede que sus canciones y riffs hayan propiciado una suerte de "condición de producción" para el detestable metal que invadió los años siguientes a la hegemonía de la banda, pero Led Zeppelin es una banda infinitamente más imaginativa, versatil y poderosa que cualquier grupo que integre ese movimiento. En segundo lugar (y aquí varios me van a pegar con todo), debo decir que Led Zeppelin es una banda bastante más grande que Deep Purple y Black Sabbath. No es que no me gusten estas dos agrupaciones, pero Deep Purple ha sacado solo tres álbumes buenos (y bastante similares entre sí) para después empantanarse en la mediocridad absoluta... el caso de Sabbath es algo similar. Led Zeppelin ha producido su justa dosis de basura, pero en su pico fue una banda mucho más expeditiva, más versátil, más inquieta por hacer que sus álbumes sonaran siempre distintos y aunque los cambios de fórmula les dieron éxito solo hasta su sexto álbum siempre será mucho más interesante escuchar a Led Zeppelin experimentando con el blues, el hard rock, el boogie, el folk acústico, el funk o el sinfonismo que escuchar a Deep Purple y Sabbath atacando siempre con las mismas canciones pesadas una y otra vez.

Hay quien dice que los "experimentos" de Led Zeppelin han generado penosos desastres, sobre todo en álbumes como Led Zeppelin 3 y Houses Of The Holy y que por lo tanto el argumento de la versatilidad pierde valor. Pongamoslo así: en efecto, varios de estos experimentos de género han acabado muy mal (Escuchar entero el último álbum de estudio para tener un doloroso panorama de la decadencia) pero mi opinión es que en sus años de gloria han sabido manejar todos los géneros que abordaron con suficiente buen gusto e inteligencia para que todas esas canciones sean, si no obras maestras incomparables, al menos dignos esfuerzos capaces de borrar a la competencia de un plumazo.

Pero Led Zeppelin tiene ciertamente más ventajas. Una de ellas es que pocas bandas han logrado ser más potentes que esta formidable combinación entre una sección rítmica devastadora (John Bonham y John Paul Jones figuran entre los máximos exponentes en sus respectivos instrumentos) un Page capaz de sacar de sus seis cuerdas riffs mastodónticos, solos desbordantes de virtusismo, atmósferas decididamente perturbadoras y un Robert Plant fundando el prototipo de cantante de heavy - metal con una voz de altísimo registro. Teniendo en cuenta que la principal marca de fábrica de esta banda era el hard - rock BASTANTE PESADITO, el resultado tiene que ser, y lo es, ciertamente destructivo, demoledor, aplastante... Pero claro, a ver si me hago entender, miles de banditas mediocres han rockeado duro y alto en la historia de rock ¿Por qué Led Zeppelin destaca? ¿Por qué Led Zeppelin es inigualable? En parte porque fueron pioneros; cuando Led Zeppelin salió en 1969 NADIE había tocado el blues y el rock con tanta dureza y potencia. Ni siquiera Jimi Hendrix, ni siquiera The Who... pero además porque el virtuosismo de cada uno de los tres instrumentistas garantizó que la "pesadez" de Led Zeppelin fuera mucho más creativa y, sobre todo, excitante que la de muchas otras bandas. Ni siquiera los Who, una banda mucho más inteligente, melódica y creativa que Led Zeppelin, ha logrado brindar (al menos a mi juicio) hard rocks tan frescos como los de Led Zeppelin en sus épocas de gloria.

Pero lo más meritorio es que, sin importar lo clave que fue la fórmula del hard-rock y el hard-blues en el surgimiento del mito de Zeppelin, el grupo ha sabido abandonarla e internarse por diversos caminos alternativos con resultados placenteros. Es decir: no se conformaron con una sola fórmula. EXPLORARON, EXPERIMENTARON. Como dije antes, muchos consideran que Led Zeppelin era una banda sumamente limitada creativamente y que estas "transgresiones" solo derivaron en completos fracasos artísticos pero la verdad es que, con oídos desprejuiciados, la música "alternativa" de Led Zeppelin suena tan interesante y agradable como sus himnos estándar de hard rock.

Ahora los defectos. Toda banda tiene que tenerlos; y en el caso de Led Zeppelin éstos son bastante resonantes y han derivado en que mucha, muchísima gente se vea impedida a disfrutar de su música. En primer lugar, estos tipos robaron de lo lindo en los primeros días, canivalizando oscuras composiciones de diversos músicos y acreditándoselas a ellos mismos o insertando obvias melodías preexistentes con la letra cambiada. ¿Una banda con cierto nivel de creatividad necesita tomar melodías prestadas para sus propias canciones? No, no pareciera. Esto en los primeros álbumes. Más tarde abandonaron esta idea de plagiar a los maestros del blues y la reemplazaron por una fascinación por la magia negra, lo oculto, lo místico, lo maravilloso y lo épico, incluyendo obsesiones con Aleister Crowley (un demente "mago" que no se ni de dónde salio) y J.R.R Tolkien. El problema es que todos estos delirios mágicos no fueron una parodia ni una farsa. Los tipos (sobre todo Page) se lo TOMABAN EN SERIO y esto lo dejaban bien claro en ciertos pasajes de su música, que en muchos oídos suenan bochornosamente pretenciosos, inflados y recalcitrantes. Para colmo las letras de Led Zeppelin siempre fueron extremadamente irrelevantes (para no decir irritantes, ridículas y de mal gusto), nunca fueron una banda muy lúcida con las melodías y tampoco eran muy habilidosos en el departamento de componer canciones (¿No les digo que en los primeros días tenían que vampirizar temas ajenos para crear sus máximos himnos?) En definitiva, un desastre.

Epa! ¿Cómo hice para superar todos esos defectos y efectivamente disfrutar de esta musica plagiada, pomposa y autoindulgente? ¡NO SE! Ahora en serio: vamos por pasos. Lo de los plagios es algo que sin duda genera alguna incomodidad, pero después de todo el blues siempre ha sido igual. No se le puede pedir mucha originalidad a alguien que toca blues y Led Zeppelin fue bastante original, estilísticamente hablando, en su primer álbum... en todo caso, la práctica de "reinterpretar" temas ajenos no es en absoluto extraña en el blues y a veces hasta puedo hacer de cuenta que todas estas insersiones "prohibidas" son más bien sentidos homenajes a los maestros de antaño, sin contar que Led Zeppelin reinventa completamente esos estándares de blues dándole un dramatismo y una intensidad que todavía no esuché en ningún original. Lo del misticismo y la magia negra es algo que siempre pude tolerar abiertamente. No me molesta. No me hace daño. No me quita el sueño. Digo; tienen todo el derecho a entusiasmarse con las tópicas que se les antojen y si quieren transmitirla en su música está bien por mí mientras ésta sea buena. Y en ocasiones lo es: a veces las atmósferas son tan buenas que de veras me siento sumergido en sus delirios míticos sin sentir aversión ni vergüenza. Y con respecto al tema de las canciones, las letras y las melodías... Sí: de ninguna puedo decir que Page y Plant eran grandes compositores de canciones, pero creo que en el caso de Led Zeppelin este tema es menos importante. La música de Led Zeppelin se vale muy bien de la energía, las atmósferas y los riffs demoledores: no necesita además que cada canción sea una "valiosa pieza e inmaculado ejemplo de composición musical". De hecho: muchos de los éxitos del grupo, como Whole Lotta Love, son compositivamente muy precarias (un riff, un jam y Plant improvisando rústicas letras sobre sexo o, en todo caso, magos y brujas) y aún así pueden perfectamente considerarse "temazos". O sea: si, que hay defectos... pero compensados por la potencia y el virtuosismo de quienes tocan.

Led Zeppelin apareció resurgiendo como un Ave Fénix de las cenizas de los Yardbirds, ese raro grupo que supo tener en sus filas a gente como Clapton, Jeff Beck y Jimmy Page. Aparecieron en el 69 con un álbum totalmente revolucionario donde básicamente reinventaron la forma de tocar blues. Riffs desencajantes nunca antes escuchados e improvisaciones delirantes con distorsiones infernales y un Plant en el tope de su juego auguriaban que algo empezaba a cambiar en la forma de encarar la música. Para muchos, en efecto, este debut de Led Zeppelin constituye el principio del paradigma musical que caracterizaría los 70, pero de eso hablaremos más adelante. El segundo álbum llevó la misma fórmula aún más al extremo, rockeando hasta el límite (aún lo considero el álbum de rock clásico más heavy de todos los tiempos) y mezclando patrones de blues con algunos de los riffs más maravillosos jamás creados. En Led Zeppelin 3 el grupo sorprendió a todos un blend de folk rock acústico muy tranqui que dejó a los fans de los primeros dos álbumes bastante desilusionados y esto conllevó a un relativo fracaso comercial. Para de alguna manera arreglar el error Page y compañía entregaron lo que sería su último gran álbum: Led Zeppelin IV, que muchos consideran como la principal plantilla para el nacimiento del heavy metal. Para estas alturas el blues ya había pasado a un segundo plano y empezaban a aflorar las infaustas historias de hobbits, hadas y dragones mezcladas con riffs ultra-ampulosos que, más que ser digeridos por el oyente, digerían al oyente. Hasta aquí Led Zeppelin había creado un mito enorme y una leyenda que nunca se borraría. Un status un tanto exagerado a juzgar exclusivamente por la fortaleza del material, pero completamente justificado teniendo en cuenta que estos tipos estaban virtualmente reinventando el rock. En definitiva, son estos primeros cuatro álbumes los verdaderos puntos altos del grupo, todos dignos de un nueve, al punto que todavía no puedo decidir cuál de ellos sobresale por sobre el resto

Houses Of The Holy fue el siguiente álbum, una serie de experimentos con géneros inusitados relativamente exitosa. Siguió Physical Graffiti, un tour - de - force de blues, jams y cock rock que ya empezaba a sonar menos fresco y más cercano al heavy metal genérico que nunca. Y después de esto la banda cayó, cayó como una mosca con apenas fuerzas para grabar dos impresentables álbumes de estudio (Presence y In Through The Out Door) que en buena medida arruinaron la reputación del grupo. Después John Bonham falleció producto de los estúpidos excesos que cometen las estrellas del rock (se tomó nosecuantas medidas de vodka y no sobrevivió al experimento) y Page reflotó Coda como el poco estelar testamento musical del grupo. Por suerte, hace poco se publicaron una serie de grabaciones tempranas para la BBC que demuestran nuevamente lo GRANDE, así con mayúsuculas, que era esta banda.

 

FORMACIÓN

John Paul Jones: Empiezo por Jones (Baldwin es su apellido verdadero) simplemente porque es mi miembro favorito de la banda. Así es, así es... quizá un poco presumido en sus declaraciones poco modestas sobre la grandeza de Led Zeppelin pero un gran músico sin duda. Durante la mayor parte de la decada de los 60 se ganó la vida como sesionista y arreglista. Y la verdad es que llegó a ganar muchísima plata y una reputación estable en el ambiente como uno de los músicos más requeridos por los artistas. Su arreglo pre-zeppelin más famoso está, por supuesto, en las cuerdas exquisitas de She's A Rainbow, el single psicodélico de 1967 de los Rolling Stones. El caso es que llegado el momento de tomar la decisión de unirse a Led Zeppelin, John Paul Jones no tenía ninguna necesidad de arriesgarse en el gran sueño del estrellato debido a su excelente posición profesional. Pero al final se arriesgo. Y qué bueno, porque es un gran bajista.

Uno de los mejores, sin lugar a dudas... y eso que su formación musical empezó con el piano y no con el bajo. Tuvo que cambiar a ese instrumento porque en esa época el piano no era cómodo para su grupo de rock que estaba todo el tiempo viajando. La cuestión es que aprendió bastante bien el muchacho, al punto que sus líneas de bajo están entre las más interesantes e impresionantes de todo el rock, acercándose en talento y técnica a grandes como Entwistle o Squire de los Who y Yes respectivamente. Recuerdo que en todas las canciones de Led Zeppelin, sobre todo en sus primeros discos, son interesantes por sus líneas de bajo... pero sin duda que el punto cúlmine es Led Zeppelin 2, un álbum donde su intrumento está mezclado bien al frente, como para que se luzca Jones, y se luce, creánme. La canción The Lemon Song es una de las interpretaciones de bajo más increíbles y atractivas que pueden escucharse en el rock.

Pero no solo de bajos vivía el hombre. Después de todo no se llega a ser un músico sesionista tan reclamado solo por saber tocar el bajo. El tipo era un músico de ley. Magistral tecladista, idóneo arreglista y fantástico productor, John Paul Jones fue una herramienta fundamental para que Zeppelin sobresaliera notoriamente por sobre las demás bandas de hard rock que aparecieron en la época. Sus toques de distinción con algún piano ocasional, fenomenales solos de órgano y hasta arreglos con mellotrones dieron a Led Zeppelin un sonido mucho más matizado, versátil e interesante. Un maestro.

Jimmy Page: De los muchos guitarristas talentosos que han pululado el rock and roll, Jimmy Page ha sido sin duda uno de los más creativos, básicamente porque fue uno de los pocos que ha logrado hacer sus líneas de guitarra interesantes y cautivadoras nota a nota. Verán: a diferencia de muchos otros guitarristas que en sus respectivos solos de dedican a improvisar una serie de notas al azar preocupados más por demostrar su velocidad, su fluidez o su capacidad de improvisar, que por crear una melodía memorable o truco interesante, Jimmy Page logra con Led Zeppelin que cada solo sea una pequeña canción, con melodías y armonías propias, con coherencia respecto al resto de la canción y todo esto además con extrema fluidez y velocidad y sin dar nunca la sensación de que todo está cuidadosamente creado y planeado de antemano. Los solos memorables en canciones de Zeppelin se cuentan por docenas y cada uno tiene su atractivo específico. El solo melódico y alegre de Celebration Day, el solo vicioso y aplastante de Dazed And Confused, el solo quemante y apasionado de Since I've Been Loving You, el solo vibrante de Stairway To Heaven y el solo frenético y ultra veloz de Heartbreaker son solo algunos de los más memorables. De esta forma, mientras diría que Eric Clapton es mi favorito por los magníficos tonos que logró en Cream, Jimmy Page es mi solista favorito. 

Pero además, y en este campo está sumamente infravalorado, era un maestro absoluto del riff. Junto a Keith Richards, Page ha creado algunos de los riffs más mastodónticos y viciosos del rock. Claro que en muchas ocasiones estos riffs eran "prestados" pero otras veces no y en todo caso, la interpretación es excelente. Riffs como los de Dazed And Confused, Communication Breakdown, How Many More Times, Whole Lotta Love, Heartbreaker, Bring It On Home, Celebration Day, Immigrant Song, Rock And Roll o No Quarter constituyen una enciclopedia del riff casi inagotable. Pero no solo riffs y solos sino también una serie innumerable de truquitos, ideas, tonos y contrastes realmente asombrosos (incluído el famoso recurso de tocar con un arco de violín). Basta escuchar con atención The Song Remains The Same y Achilles Last Stand para descubrir los múltiples matices y niveles de creativdad que alcanzó este tipo. Podemos dudar de sus talentos compositivos, pero como guitarrista está entre los más grandes de todos los tiempos, ahí en lo alto junto a Hendrix, Clapton y Jeff Beck y bastante por encima de los demás guitarristas del heavy metal y hard rock de los 70; quizá solo Ritchie Blackmore logre llegarle hasta las rodillas. Nada más. 

Y la gran ventaja que tiene Page sobre esos montruos es que además de descoserla en la guitarra eléctrica también era un gran intérprete acústico. No un genio ni un virtuoso, pero si un excelente arreglista con gran sentido de la melodía (Las líneas de guitarra de Tangerine son inolvidables y pegan como cualquier riff heavy) y enorme creatividad, también en instrumentos como el mandolin o el theremin. En comparación, Eric Clapton toca bien la acústica pero nunca se aparta de las progresiones y esquemas del blues mientras que Hendrix, Beck y Blackmore apenas han experimentado más allá de la guitarra eléctrica. Si Plant podía entregar los más demoledores riffs y crear los más delicados tonos acústicos. Ningún guitarrista de metal hace eso. Ninguno.

Robert Plant: Y llegamos al miembro más controversial del grupo. Pongamoslo así: su voz es una de las más atípicas y personales de la historia del rock y muchísima gente no puede soportarla. No solo por su registro, sumamente alto, prácticamente como el de una mujer, sino por el uso que le daba: en ocasiones se pasaba más tiempo gritando oooooooohhs, yeeeeeeeeahs, aaahhhhhs y otros grititos molestos, como si le estuvieran metiendo un torniquete en el ano, en vez de cantar. Sip, por momentos puede sonar irritante, sobre todo a partir de Houses Of The Holy y Phisical Graffiti donde, por x motivos, su voz empezó a declinar seriamente a tal punto de que en los tracks nuevos de Graffiti empieza a sonar, por momentos, verdaderamente irritante. 

Pero en los primeros álbumes (especialmente en el debut) su voz estuvo en plena forma y Dios que tenía una voz potente. De hecho, a pesar de todo sigue siendo uno de mis vocalistas favoritos. Me encanta. Puedo pasar por alto tranquilamente sus ululares "molestos" y en muchas ocasiones hasta me gustan. Por ejemplo en How Many More Times donde antes del reprise del riff principal se manda un grito puntiagudo, de altísimo registro o en Immigrant Song, donde se manda dos alaridos banshee escalofriantes ¿No suena eso bien potente? ¿No es acaso una voz admirable? El tipo estaba sentando las bases para el 90% de los cantantes metaleros gritones que siguieron a Led Zeppelin, pero ninguno podía entregar esa furia y esa pasión. Más alla de estos grititos orgásmicos, también me gusta el tono de su voz cuando canta tranquilo y en paz, en bajo registro como en The Rain Song o How Many More Times. Realmente una gran voz, una de las más potentes y personales de todo el rock. Todavía no comprendo como tanta, tanta gente la detesta. No veo razón para que nos guste Mick Jagger susurrando en Goin' Home y al mismo tiempo despreciar a Plant por "irritante". No. Algunas de sus performances vocales, sobre todo a partir de Physical Graffiti SON bastante malas, pero eso ocurrió seguramente por toda la droga y los excesos. Su performance en Led Zeppelin es quizá la performance vocal más impresionante jamás registrada en un álbum de rock. Y lo digo en serio.

John Bonham: Baterista. Y uno muy bueno, si me preguntan a mí. Su estilo: destrozar los tambores más que tocarlos... lo cual le daba a su gran técnica un plus de energía bestial que ayudó en gran medida a moldear el mastodóntico sonido de Led Zeppelin. Quizá esté un poco sobrevalorado: Keith Moon lo precedió en ese estilo salvaje y con una técnica dos veces mayor y más compleja y Ginger Baker o Bill Bruford no tienen nada que envidiarle. En efecto: no es el baterista más tecnicamente dotado, a pesar de lo que digan muchos de sus fans. Pero eso no significa nada. Significa solo que podía hacer un poco menos de cosas que esos grandes que nombré... pero aún así sus performances, en ocasiones, quitan el aliento. Particularmente memorable me parecen sus BESTIALES interpretaciones en How Many More Times (donde ensaya todo tipo de ritmos infartantes) y sobre todo Achilles Last Stand, donde mantiene un ritmo complejo y demoníaco durante más de diez minutos. 

Bonham fue siempre una pieza clave del sonido de Led Zeppelin: su toque de batería arrasador del primer álbum fue una verdadera revolución e hizo grande al sonido de Led Zeppelin. Tan importante fue que su muerte fue la muerte de la banda misma, algo que muy pocas veces ocurre: un grupo no deja de tocar solo porque se muere un baterista... lo reemplazan. Pero Bonham era irremplazable y los demás simplemente dijeron: no va más. Una gran movida: dejaron intacto el nombre de la banda antes de seguir sacando basura como In Through The Out Door y se dedicaron a sus propios proyectos sin utilizar el mítico nombre para robar, algo que hubiera resultado sumamente fácil (aunque Coda puede ser un pequeño robo, como no). The Who debería haber hecho lo mismo cuando murió Moon.

 


 

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Led Zeppelin – 1969

9+/10

"Soul of a woman was created below"

1) Good Times Bad Times; 2) Baby I'm Gonna Leave You; 3) You Shook Me; 4) Dazed And Confused; 5) Your Time Is Gonna Come; 6) Black Mountain Side; 7) Communication Breakdown; 8) I Can't Quit You Baby; 9) How Many More Times.

mejor canción: How many more times

Siguiendo con la tradición de Are You Experienced? y The Doors, Led Zeppelin abre su carrera con una revolución total en la forma de hacer rock & roll. Básicamente, es un álbum de blues, pero ciertamente que no se trata de OTRO álbum de blues. Es el blues/rock más pesado, oscuro, bombástico, sexual y deprimente jamás hecho por nadie hasta entonces. Fue un verdadero shock; a comienzos de 1969 el mundo nunca había escuchado nada así y ciertamente, ninguna otra banda jamás lo igualó. Habrá habido mil banditas metal que hicieron más ruido, pero en materia de blues, nada más pesado y pesadillesco Led Zeppelin 1. Sin duda que esta música tiene algún precedente: tanto Are You Experienced? con sus tonos de guitarra psicóticos como el blues/rock de Truth de Jeff Beck o las famosísimas tomas en vivo de Cream sirvieron más o menos como condición de producción antecente... pero en su debut, Page & compañía realmente rompieron todos los moldes habidos y por haber en materia de rock and roll. Así de sencillo. 

¿Pero que es exactamente lo que hace tan especial y revolucionario al sonido de este album? Vamos por partes: en primer lugar la sección rítmica de Led Zeppelin, ya desde un comienzo, se revelaba completamente devastadora y más ajustada que unas calzas. Los tambores de Bonham suenan literalmente como bombas de estruendo explotando dentro de los parlantes y las pulsantes líneas de bajo de Jones barren con su vibración hasta los cimientos del alma. Solamente los Who, con Moon y Entwistle eran superiores en esa época, pero como para entonces Townshend estaba guiando a la banda por caminos mucho menos tempestuosos (Sell Out, Tommy) Jones y Bonham de Zeppelin eran realmente únicos en lo suyo. También está la voz de Robert Plant, sin duda en su absoluto pico de potencia y expresividad y un Jimmy Page que ya demostraba que era un virtuoso de la guitarra. Teniendo en cuenta que los días de Clapton en Cream habían finalizado y Hendrix estaba preparándose para partir, no me cabe duda que a partir de este momento y por un largo tiempo, Page se convirtió en el guitarrista más potente y creativo del rock. Los riffs que se manda en este álbum no se comparan con NADA de lo grabado previamente: nunca antes nadie, ni siquiera Hendrix, se había animado a tocar tan al límite, tan pesado, tan bestialmente como Jimmy aquí. Casi sin darse cuenta, Led Zeppelin sienta las bases para toda la música rock de la década de los 70 con su bombástica, su exageración y su monolítica performance (aunque en mi opinión no empezarían a sonar realmente setentosos hasta Led Zeppelin IV

De más está decir que es álbum es magnífico y que roza la excelencia. Su fuerte no está en el lado compositivo o melódico, claro: los mejores temas son adaptaciones, plagios y popurrís de oscuras y viejas tonadas del blues... pero ¡Qué adaptaciones! Podremos acusar a la banda de plagiadores o ladrones, pero al mismo tiempo no podemos negar que con su estilo han reinventado completamente estas canciones. En compensación tenemos brillantes alaridos de Plant (aún completamente disfrutables) riffs y solos a granel que, creánme, dejarán a más de uno en estado de catarsis total y, sobre todo, un aura muy especial, muy única de oscuridad, desesperación urgente e intranquilidad (nada de misticismo barato aún). Para mí la banda sería más rockera aún en su siguiente álbum, pero esta atmósfera nunca sería igualada. Las ventajas que ofrece este volumen por sobre el resto del catálogo de Led Zeppelin son varias. Una es la frescura: la juventud, la lucidez, las prisas por impresionar y conmover se sienten en cada nota... no es lo mismo en los siguientes álbumes donde los tipos cantan medio drogados desde la cima del estrellato, totalmente realizados. Por otra parte tenemos a Plant en inmejorable estado, con una performance que no da lugar a palabras y que amerita su inclusión entre los más grandes vocalistas de todos los tiempos y por último ¡Nada de hobbits, brujas y duendes! ¡Fantástico!

Es una especie de paradoja que el álbum más blusero y ranchero de Zeppelin abra con ¡Un tema pop! Pero así es. Bien: por suerte se trata de un buen tema pop: Good Times Bad Times tiene esa brillante dinámica del Led Zeppelin temprano. El riff introductorio es simplísimo pero sí que propina un buen sobresalto cuando empieza TUM, TUM... Ah! si me habré asustado cuando esas dos notas aparecían de pronto en el silencio clavándose como un cuchillo letal. La melodía es brillante, pegadiza, ajustada (sobre todo en la primera estrofa que nunca vuelve a repetirse), el estribillo es luminoso y los riffs carnosos metidos entre verso y verso realzan esta canción normal a alturas estratosféricas. Pero a partir de aquí las cosas solo se ponen mejor. Babe I'm Gonna Leave You es una obra maestra absoluta donde Page demuestra desde bien temprano su pasión por el folk. La pista acústica es sencillamente celestial, el tono es maravillosamente oscuro y la voz de Plant, susurrante, dramática y completamente desgarradora completa una de las performances vocales más impresionantes JAMÁS GRABADAS. La canción es un poco repetitiva, pero no me aburre porque al mismo tiempo es un escenario dinámico repleto de alternancias melódicas y de tempo: Page crea dos riffs distintos absolutamente monumentales y ¡Acústicos! Esto es virtualmente ¡Heavy metal acústico! y las alternancias ente calma y tormenta funcionan a la perfección, sobre todo en la primera irrupción del riff pesado (que nos hace saltar de la silla más o menos hasta el techo) y en el final sumamente sutil donde Plant canta "I said it's when it's calling me back hoooooooome" mientras Jimmy toca apenas un par de acordes tristísimos. Lágrimas en mis ojos: fantástico. You Shook Me es también un tema especial: no me resulta muy placentero como Plant arrastra torpemente la última palabra de cada verso, pero la interpretación es gigante: un increíble solo de órgano de Jones, otro de armónica, uno de guitarra, un duelo entre la voz de Plant y la guitarra de Jimmy al final (con el eco que precede al sonido creando un perturbador efecto) redondean una performance blusera monolítica, un verdadero bastión en la historia del rock. NADIE toca el blues así.

Y entonces llegamos a una de las cumbres absolutas del álbum. Dazed And Confused es una adaptación de un viejo tema de los Yardbirs que a su vez había sido tomado (robado, afanado, hurtado) de una composición oscura de un tal Jake Holmes. Sea cual sea el origen del tema, en Dazed And Confused la banda lo transforma en una verdadera pesadilla eléctrica, un blues psicodélico monstruoso que pisa como una estampida de mamuts arrastrando al oyente a la completa locura. En serio. Comienza con una línea de bajo lenta y oscurísima adornada con melévolos y amenazantes trucos de guitarra. Todo es lento y subrepticiamente peligroso: entra Plant y ¡Mi Dios que este muchacho podía cantar! esa performance vocal es ¡Asesina! ¡Increíble! ¿Puede un humano efectivamente cantar así? Terriblemente apasionada, inhumanamente potente... el pico total de Bobby. De pronto, tras el primer verso la banda entera se desliza en el riff principal de la canción, una masa lenta de sonido descendente, reptante, sumamente portentosa, psicótica y pesada. Señores estamos ante la canción más heavy de toda la década de los 60. Respeto y contemplación. Pero lo mejor AUN NO HA LLEGADO. Después del segundo verso Page saca de la galera un SEGUNDO RIFF que hace que el anterior suene como una canción de Mary Poppins... ¡Madre mía! ¡¡ESE RIFF!! De nuevo, es sumamente simple pero suena con una potencia tan gloriosa, tan MASTODONTICA que siento que en mi interior todos mis órganos se desencajan y se revuelven de exitación. Tony Iommi de Black Sabbath tuvo la imprudencia de reciclarlo para la canción Paranoid pero aquello es un pálido reflejo. Después de la sección principal la canción entra en una etapa de latencia, donde efectos curiosos de Page salen aquí y allá preparando el terreno para una nueva tormenta de energía. Los tambores de Bonham nos despiertan del sueño y nos meten una patada hacia Marte. De pronto Jimmy mete un solo a velocidades ASTRONÓMICAS donde hasta se escucha que se le resbalan los dedos de lo rápido que toca... todo mientras Bonzo sigue dándole a los tambores como si quisiera destruir el mundo. Y todo esto se resuelve en una repetición del segundo riff aún más bestial, aún más sudorosa. Un temazo... compositivamente es mediocre pero a quién le importan las melodías cuando podemos tener a cuatro tipos tocando así. Demen MAS!

El álbum entra en un respiro con el dueto Your Time Is Gonna Come y Black Mountain Side. La primera es una nueva gema pop de hermosa melodía, atractiva performance de Plant y, sobre todo, una increíble intro de órgano a cargo de Jones. Black Mountain Side es el único instrumental del álbum, una agradable pieza acústica con influencias hindúes (la percusión es hindú) que además demuestra el genio de Page como guitarrista acústico. Luego del merecido descanso: otra orgía de ruido... Communication Breakdown es otro tornado de energía desenfrenada concentrada en dos minutos. Energía es la palabra: la adenalina y energía sexual que descarga esta canción no tiene comparación. Al principio me costó asimilarla por su estilo simplón... de hecho, es lo más aproximado al término "heavy metal" del álbum, pero una vez la escuché a TODO volumen no se dónde y me voló los sesos. El riff punkoide, el ritmo vertiginoso, la pasión de la voz de Plant... todo me sacude como a un pedazo de trapo. Solo puedo comparar esta experiencia con Bitch de los Rolling Stones. Después viene el único tema flojo del álbum, o al menos el que menos me gusta: I Can't Quit You Baby es otro estardar de blues pero mucho menos inspirado que You Shook Me o, en el mejor de los casos, sin nada nuevo que entregar. No me gusta y por su culpa el álbum no alcanza el tan preciado diez. Su lentitud monótona, sumada a la incierta y vaga performance de la guitarra no logran agarrarme como el resto de los temas. 

Todo se compensa en el masivo tour-de-force que cierra el álbum, una última explosión de energía bajo el título de How Many More Times, la mejor canción de Led Zeppelin. How Many More Times es, otra vez, una especie Frankeinstein compuesto por varios retazos de blues tomados de viejos clásicos y composiciones preexistentes como How Many More Years de Howlin' Wolf y The Hunter de Albert King. Es una larga lista: incluso hay un fragmento del Beck's Bolero (aparecido en el álbum Truth de Jeff Beck) que a su vez Page y Beck habían adaptado del Bolero de Ravel. Pero, nuevamente es la energía y la espectacular performance rockera lo que realza este pedestre ensayo blusero hasta alturas memorables. En primer lugar tenemos el riff principal que empieza bastante jazzero, solamente con el bajo de Jones. Después se agrega la guitarra y la batería. Este riff (con Plant cantando arriba otra letra sobre anillos de diamantes) sintetiza todo lo bueno del rock: es simple, pero entrador. Este tipo de música, en el fondo, me pega muchísimo más que cualquier virtuosismo complejo como los de Genesis o Yes, tanto como amo aquella música. Es potencia y adrenalina en estado puro, y de eso se trata el rock. Pero la mejor parte de la canción es la sección media, donde la banda va aumentando la tensión con una serie de solos y trucos atmósfericos para desembocar en la más infecciosa y memorable linea de hard rock de todo el álbum. La parte que Plant canta "Oh Rosie, oh girl" es sencillamente fantástica en su construcción. Primero los acordes violentísimos a los que se le agrega progresivamente un ritmo de batería casi militar y más tarde otro riff de la putamadre inyectando pura potencia y un órgano maléfico que araña como uña de gato. Ah! madrecita que Page podría tocar una sucia y fiera guitarra... Es perfecto... la adrenalina y la tensión exploradas al máximo... el clímax aparece cuando de pronto volvemos al riff original de la canción, alarido de Plant de por medio, pisando como cien dinosaurios y destrozando todo a su paso.

¿Qué más puedo decir de este álbum? Creo que no es el mejor de Led Zeppelin, solo porque el siguiente tiene aún MAS riffs originales, pero el blues y la energía de Zeppelin tienen aún aquí su punto cumbre. Escuchar estas canciones a todo volumen revela la grandeza y la potencia jamás igualada de esta banda (en mi humilde opinión, ni siquiera The Who en Live At Leeds alcanza estos picos de adrenalina) y si no te pasa nada escuchando Dazed And Confused y How Many More Times a todo volumen mi conclusión es que sos un ente insensible, descerebrado y maricón y que vayas a escuchar a Michael Jackson y toda esa mierda y que dejes de joder en esta página OK? No, ahora en serio. Un fantástico álbum.

 

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*Led Zeppelin II* – 1969

10-/10

"Baby, I'm not foolin'"

1) Whole Lotta Love; 2) What Is And What Should Never Be; 3) The Lemon Song; 4) Thank You; 5) Heartbreaker; 6) Living Loving Maid (She's Just A Woman); 7) Ramble On; 8) Moby Dick; 9) Bring It On Home.

mejor canción: Whole lotta love

Y si alguno pensaba que el debut no podía ser más pesado, bueno... se equivocaba. Led Zeppelin, ese mismo año, volvió a la carga con un álbum aún más pesado y rockero que el anterior, con cantidades aún más increíbles de riffs clásicos y rockers de todos colores pisando como cien huracanes y menos blues y menos concesiones acústicas. Para un amante del pop feliz y tranquilo escucharlo puede ser una pesadilla terrible. Es el álbum más pesado de la historia... bueno, seguramente hubo muchos más pesados que este Led Zeppelin 2, pero sinceramente creo que no ha existido ninguno tan maravillosamente pesado. Es esa música heavy-rock que no suena como una masa insufrible de ruido por el hecho de hacer ruido, sino un heavy-rock clásico, retumbante y repleto de ganchos creativos en todas partes.

Ahora bien, el álbum tiene sus problemas. Fue grabado en plena gira, con la banda alquilando distintos estudios durante unas horas para grabar y producir cada tema a las apuradas. Es por eso que el sonido en este álbum es marcadamente barroso, distorsionado en exceso, sucio y peor que el del álbum anterior... mucha gente tiene problemas con este punto en particular. Por mi parte, sí reconozco ese problema y puedo oír los defectos de producción, pero a decir verdad no me molesta. Verán: en primer lugar, la calidad de los riffs y la potencia desplegada son tales que el detalle del sonido queda en un segundísimo plano... en segundo lugar el problema no es TAN terrible: hay álbumes con peor calidad de sonido que este sin lugar a dudas, como por ejemplo The Who Sell Out. Por otro lado pienso que hasta le queda BIEN un poco de suciedad distorsiva a un álbum tan rockero y pesado como este. Si hubiera logrado la producción cristalina de, por ejemplo, Sticky Fingers (de los Stones, uno de los álbumes mejor producidos de la historia) el aura, la atmósfera del álbum no sería la misma. Eso seguro.

Así mismo, es frecuente que la mayoría de las personas encuentren sumamenente inconsistentes algunas de las canciones, siendo Moby Dick y Thank You los principales ejes de la polémica con Ramble On y The Lemon Song en segundo lugar. Mi opinión en este sentido es que no hay ningún tema malo en este LP... No importa cuántas veces lo escuho, me gustan TODAS las canciones, aún las mencionadas. Ni siquiera encuentro un correlato de I Can't Quit You Baby, el único punto flojito del álbum anterior. Claro, hay canciones que sobresalen sobre otras, pero en realidad todas me resultan satisfactorias y hasta clásicas. No puedo tener reproches para un álbum del que me gustan TODAS las canciones.

Notarán que, después de todo, este álbum recibe un puntito más que I, III y IV ¿Qué hace que sea a mis oídos mejor que cualquier otro álbum de Led Zeppelin? Enumerando. El entusiasmo juvenil tan palpable en el debut, sigue presente; todavía no hay signos claros de cock-rock insufrible, heavy metal genérico o experimentos fallidos. Las canciones constituyen una maravillosa colección de riffs clásicos y tremendos grooves de hard rock blusero inigualados en ninguno de sus siguientes LP y los rockers son más focalizados y compactos que en el álbum debut, sin tantas épicas psicóticas y climáticas como Dazed & Confused o How Many More Times (No es que eso era una mala cosa, conste). La voz de Plant y la guitarra de Page siguen en excelente forma. Lo único que realmente que lo hace despuntar un poco sobre el fenomenal debut es que, como he dicho, no hay un punto realemente soso como I Can't Quit You Baby. En el lado negativo, puede ser que canse un poco: después de todo no es fácil digerir una seguidilla de nueve temas bien heavy que además, por las condiciones de grabación, suenan bastante similares en tono e intensidad. Aún así, cualquiera de estos rockers se me antojan cien veces más frescos y dinámicos que cualquier cosa de Physical Graffiti o Presence y cuentan con suficientes recursos y ganchos como para hacer memorable cada una de ellas.

Párrafo aparte merece la performance de John Paul Jones. Ya había tenido una actuación destacada en el álbum anterior y seguiría por el buen camino en los siguientes, pero o que hace acá con el bajo sencillamente no tiene nombre. Las líneas que tira en The Lemon Song, Ramble On o What Is And What Should Never Be son decididamente insuperables. En general el bajo es un instrumento de fondo al que nadie le presta atención, pero en este disco efectivamente se disfrutan las líneas de bajo como si fueran un solo de guitarra o teclado. Y como tengo bastante debilidad por el bajo bien usado, he aquí otra razón para que este sea mi álbum favorito de la banda. Pasemos a las canciones.

Abrimos con lo que quizá sea el clásico más grande de la historia de la banda (después de Stairway To Heaven). Whole Lotta Love es un tema muy, muy simple que no debe haber costado nada componer... pero ¡Ay mi madre cómo pega! El riff de cinco notas sobre el que se sostiene la canción entera, creación legítima de Jimmy, es de lo más elemental que inventara la banda... y aún así es de esas cosas absolutamente geniales en su simplicidad. La forma en que abre con ese tono de guitarra sucio y ese bajo pesadísimo merece todos los lauros. Me acuerdo el día que traje este álbum a casa y mi familia quiso escucharlo... la cara de horror de mi mamá y la cara de intimidación de mi papá al escuchar los primeros segundos de esta canción y cómo de pronto la batería entraba como un rugido para un hard rock increíble y atronador. No soy un fanático de la sección "orgásmica" repleta de gemidos y efectos desagradables, pero tampoco me molesta y además viene muy bien porque la vuelta que hace la banda al tema principal, con un solo de Jimmy y la tremenda batería de Bonzo, es completamente depredadora. Es un temazo, fácil... el mejor del álbum. No por sus ganchos, sino por el sexo, la adrnalina y la fuerza que despliega en sus cinco minutos de duración... Realmente no existe banda además de Led Zeppelin capaz de transmitir esta sensación tan poderosa. Hubo un problema con la canción porque al parecer la letra, un verdadero "poema" casi obsceno de lo sexual que es, estaba robada de un tema de Willie Dixon... una lástima... pero a decir verdad ésta era la única letra posible para Whole Lotta Love, así que supongo que no había otro remedio que robarla. 

Después de este inicio no podemos esperar algo mejor, pero la mayoría de los temas que siguen son excelentes. Uno de ellos es el clásico What Is And What Should Never Be, una de mis absolutas favoritas de toda la carrera de Zepp. Es una balada que despliega incontables matices: un maravilloso verso jazzero, un estribillo pulsante y urgente que explota de golpe, un brillante solo de guitarra bien tranqui y una coda bien heavy con Page entregando otro de sus grandes riffs. The Lemon Song no es peor. Se trata de un extendido número de blues semi-psicodélico cargado de referencias a viejos clásicos (Killing Floor el más obvio de ellos) con un riff totalmente fantástico y sucio, un Plant aullando a todo trapo cientos de incoherencias (de aquí sale su infame frase "Squeeze my lemon till de juice runs down my leg" que no es suya sino de Dixon y su Travelling Riverside Blues) y varias alternancias entre lento / rápido. La canción podría pasar como un numerito de blues más de no ser por las INCREIBLES, IMPOSIBLES líneas de bajo que se le ocurrieron a Jones: toda la canción es una proeza del bajo, pero yo me concentraría más bien en el jam tranquilo que empieza al completarse los tres minutos de la canción... con esas notas fantásticas, bien notables y con cierto estilo ¡funky! no hay nada más que pedirle a esta canción. Después llega la balada más suave del álbum bajo el título de Thank You. Muchos han señalado su disgusto por este tema pero no veo bien las razones. Bien; quizá la melodía de los versos ("If the sun refused to shine / I'd still be loving you)  suene excesivamente torpe y exagerada de la forma en que la canta Plant, así como el coro "Little drops of rain..." cantado a duo por Plant y Page puede resultar un poco desafinado, pero el riff de órgano y guitarra acústica es hermoso y la melodía principal del estribillo ("Inspiration's what you are to me") tambien lo es. Por lo tanto el tema me gusta... quizá sea el más flojo del álbum, pero ¿Malo? NO, bueno. 

Pero nunca tan bueno como el superclásico absoluto Heartbreaker, el segundo mejor tema de esta colección con uno de mis riffs de guitarra / bajo favoritos de todos los tiempos. De hecho, pocos riffs me han pegado tan fuerte como este, nunca he podido sacármelo de la cabeza. La primera vez que lo escuché dije "Así es como tiene que sonar el rock, ni más ni menos". La canción podría ser considerada un pedestre blues sin pena ni gloria de no ser por ese riff, la exorbitante interpretación vocal de Plant (que aquí no suena agudo como una señorita, sino bien fiero y macho) y uno de los solos de guitarra más veloces de todos los tiempos. Es un solo en el sentido literal de la palabra, ya que fue grabado por separado e insertado en la canción sin que suene ningún intrumento: está construido con mucha inteligencia ya que es uno de los pocos solos veloces que conozco que son interesantes de escuchar más allá de la super velocidad. Luego, la canción vuelve a todo trapo al tema principal antes del rocker Living Loving Maid (She's Just A Woman), con otro riff de doce notas descomunal y una elocuente muestra de como un tema puede sonar heavy y poppy al mismo tiempo. Fantástica y pegadiza melodía; fuerte y entrador riff. Ramble On quizá no sea tan inmediatamente atractiva debido a que NO tiene un riff obvio. Es más bien una balada en la vena de What Is And What Should Never Be y su letra muestra la primera aparición de las obsesiones místicas de la mano de Plant. Quizá por este motivo muchos oyentes la hayan criticado como algo olvidable. Para mi gusto, la canción es una completa maravilla. Tiene una formiable guitarra acústica como base; una eléctrica haciendo truquitos deliciosos de todo tipo, asombrosas líneas de bajo de Jones, una melodía competente, un estribillo bien heavy que nos hace saltar de la silla, un par de solos de guitarra económicos pero melódicos y como si esto fuera poco, la atmósfera de la canción (¿Será por la letra, con menciones a Gollum y Mordor incluidas?) tiene algo de mística que, efectivamente, logra fascinarme como un plus sobre el cual no puedo poner mis manos, pero que está ahí. 

Y llegamos a la canción más polémica de Led Zeppelin. Moby Dick y su infausto solo de batería. Por regla, los oyentes no-fans la odian y la consideran el punto absolutamente bajo del álbum argumentando que el solo es estúpido, aburrido, autoindulgente, largo y que no agrega nada al solo que Ginger Baker había hecho con Cream en Toad. Alcanzo a enterder la causa de estas quejas, pero personalmente yo no tengo ningún problema con la canción ni con el solo. Verán: el riff es nuevamente excelente (aún siendo un ROBO desvergonzado del de Watch Your Step del blusero Bobby Parker) y el solo no me resulta ni tan largo ni tan aburrido. No me vuelve loco, claro... pero no es del todo vacío, Bonzo hace algunas cosas interesantes y además es bastante corto ¡Vamos! ¿Quién puede molestarse en serio por un solo de solo tres minutos?. A pesar de que me hubiera gustado que la banda hiciera una canción clásica con semejante pedazo de riff, creo que Moby Dick es una de las atracciones del álbum. Pasado esta pequeña viñeta llegamos al cierre con Bring It On Home. Quizá sea un pálido final en comparación a How Many More Times del álbum anterior y aún así rockea grandes porciones de mi alma. Comienza como una parodia de blues del delta (Donde Plant canta con una papa o algo en la boca) para derivar en una fantástica transición en un último y poderoso hard-rocker con un riff ultra vicioso que me pone fuera de mí. A mis oídos, otro clásico.

Sí señores. Mucho se ha escrito sobre este álbum y muchas críticas se han leído sobre su horrible producción, lo genérico de sus rockers y lo inconsistente de su nivel compositivo. Puede estar sobrevalorado, pero en mi opinión semejante colección de clásicos del blues/rock no se desedeñan así nomás. Clásico: el mejor momento de Led Zeppelin.

 

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Led Zeppelin III – 1970

9-/10

"The price you pay to nowhere has increased a dollar more"

1) Immigrant Song; 2) Friends; 3) Celebration Day; 4) Since I've Been Loving You; 5) Out On The Tiles; 6) Gallows Pole; 7) Tangerine; 8) That's The Way; 9) Bron-y-aur Stomp; 10) Hats Off To (Roy) Harper.

mejor canción: Since I've been loving you

Cuando puse este CD por primera vez me ocurrió exactamente lo que a todos en 1970. Iba pasando tema por tema mientras me preguntaba "¿Dónde C... están los rockers?", "¿Qué M... son estas cositas acústicas?"... etcétera. Es que yo, tonto de mí, esperaba una réplica exacta de Led Zeppelin 2, el album por el cual conocí al grupo y acá me encontraba con todas esas intros acústicas blanditas y parecidas que no eran lo que yo esperaba. "Aburrido, aburrido, aburrido" pensé y haciéndole caso ciegamente a la inmediatez de mis sensaciones, al día siguiente ¡Devolví el compact! Y lo cambié por Led Zeppelin 1 que me gustó mucho más de entrada. 

Nadie me lo había explicado; el asunto es que para este álbum Page ya había tenido bastante con el rock descerabrado y visceral de los dos álbumes anteriores y ahora quería demostrarle al mundo que además de hacer ruido con riffs de dos notas, su banda también podía producir proyectos más serios, experimentales y "artísticos". Que además de tocar alto y eléctrico, su banda también podía tocar acústico y relajado. Entonces se exiliaron en plena campiña galesa y en ese ambiente idílico grabaron este LP inesperadamente repleto de canciones acústicas, viñetas de folk-rock, baladas relajadas y ejercicios experimentales. La movida les costó caro: los fans que se habían fascinado comprensiblemente con el material anterior reprocharon la falta de garra y potencia mientras que la crítica especializada no dudó en calificar toda esta experimentación como un fracaso artístico. Hoy en día, sin embargo, son muchos los fans que reivindican a Led Zeppelin 3 no solo como un gran álbum sino como el mejor de todos. En mi caso, luego de unos días me arrepentí de mi error impulsivo y mentalmente estrecho y volví a comprarlo. Entonces sí; de a poco empecé a entenderlo. No me pegó con la contundencia de Led Zeppelin 1 o 2, pero con algo de tiempo logré descubir el increíble encanto subrepticio de estas canciones, hasta el punto que hoy en día es mi segundo o tercer álbum favorito del grupo (todavía no puedo decidirme entre éste y Led Zeppelin 1) y amo cada una de estas joyitas acústicas.

No todo es acústico y bucólico tampoco. HAY algunos rockers en Led Zeppelin 3. La dificultad está en que son raros, experimentales, menos directos y mucho más complejos que antes y por eso tardan más en engancharse que, por ejemplo, Whole Lotta Love o Heartbreaker. De hecho, casi toda la primera mitad es bastante heavy. Luego de que se les tomó el gustito, canciones rockeras no ortodoxas como Celebration Day, Out On The Tiles e Immigrant Song se revelan tan excitantes y atractivas como los clásicos del álbum anterior. Y con respecto a la parte acústica que domina la "cara B"... me encanta, me encanta, me encanta. Pero las aguas están divididas. Muchos críticos y oyentes han dicho que son poco mas que impresiones acústicas de escasa inventiva y nula competencia compositiva, que todo es experimentación pretenciosa y fallida, que Jimmy Page no tenía verdadero talento para la guitarra acústica bla, bla, bla. Pues bien: ¡Todos esos críticos son bastante imbéciles! Jajajaj, no pensaron que podía llegar a ser tan autoritario ¿Verdad? No, ahora en serio: cada uno tiene sus gustos pero yo no comparto ninguna de esas aseveraciones. Led Zeppelin 3 me parece un disco repleto de creatividad, brillantes ideas, atmósferas bucólicas increbíles, performances profesionales y algunas de los experimentos más placenteros y fascinantes que jamás haya llevado a cabo la banda. Es muy cierto que ninguna de las canciones, compositivamente hablando, se quedará en nuestra mente como una absoluta obra maestra y salvo excepciones ninguna tiene el aura de "clásico absoluto" alrededor, pero en este caso los trucos y ambientes que tiene cada tema son suficientes para hacer el álbum enteramente disfrutable. Yo siempre comparo este álbum con Beggars Banquet, un disco mucho más respetado (y sobrevaluado) donde también abundan las pequeñas tonadas acústicas, solo que siento que en Led Zeppelin 3 estas son significativamente más creativas, más entretenidas y menos genéricas. Es que según mi gusto, Jimmy Page es bastante bueno con la guitarra acústica y en este álbum entrega lindas melodías, fascinantes atmósferas y ganchos inventivos por doquier... a mí me gusta. Si a otros les aburre, pues no es mi problema: traten de escuchar mejor (¡Autoritario de nuevo! Basta!) Si la música acústica nos gusta (si me gustará a mí) no hay un motivo real para que nos disguste este trabajo´, ni siquiera la voz de Robert.

Empecemos entonces con los "heavy rockers" de la primera parte. La obertura Immigrant Song es una de mis favoritas. El riff es extremadamente simple y ya empieza a sonar a heavy metal antes que a blues/rock, lo cual podría ser un pésimo augurio de no ser por que todavía estamos hablando de Led Zeppelin, y por alguna razón este mini-metal de poco más de dos minutos logra transmitir un sinfín de sensaciones épicas (Créase o no, una canción épica de dos minutos) Ese riff, tan estúpido, insistente y hueco como parece, termina siendo más pegadizo que mil melodías juntas. Y ni hablar de los famosos alaridos "banshee" (una especie de grito galés o algo así) de Robert Plant, con ese tono de voz tan fantástico y que tanta gente no puede soportar... a mí sin embargo... ¡Waw! AaAAAAAAAAAAAAA! Son absolutamente hipnóticos... y la melodía principal podrá sonar arrastrada y perezosa pero luego de unas escuchas descubrí que, en efecto PEGADIZA! "Hammer of the gods / Will drive our ships to new lands" JA!, puedo cantar esos versos infinitamente. Pero mi parte vocal favorita es sin duda el fantástico, fantástico estribillo que suena a la vez tan pegadizo como amenazante y oscuro. Immigrant Song es una pequeña perfecta joya, con tantas cosas dichas en solo dos minutos y con tan poco que solo se me ocurre que ALGO de genio loco había en este grupo de rock. ¿Me preguntan si me molesta la letra, que ya empieza a sonar a delirio mitológico? Me importa un cuerno y no entiendo cómo hay gente que le pueda molestar.

Otro rocker de la cara A es el gran Celebration Day, con un riff tan imaginativo, complejo, atípico y distorsionado que cuesta un poco acostumbrarse... pero cuando te acostumbrás ¡BANG! Te pega sin piedad. La canción toda suena como desencajada y sucia debido a que el riff continúa con sus cabriolas complejas aún cuando empieza la pista vocal, pero aún así es excelente y difícilmente puedas olvidar la melodía del estribillo. Ninguna banda podría haber hecho un rocker así de difícil si no lo hacía Led Zeppelin. Así mismo, el solo de guitarra de Celebration Day es la epítome de los talentos de Jimmy: un solo que es efectivamente interesante de escuchar por su magnífica cadencia melódica y desbordante energía. Es una parte orgánica e irremplazable de la canción, a diferencia de la gran mayoría de los solos tradicionales donde son solo notas y notas que podrían reemplazarse sin que nadie note la diferencia. Finalmente tenemos Out On The Tiles, una pieza de boogie que en sí es bastante genérica pero que es realzada al status de semiclásico debido a la calidad extraordinaria de los intérpretes. Empieza con un riff descendente simplísimo pero apenas Plant empieza a cantar la guitarra y la sección rítmica comienzan a hacer malabares y cabriolas imposibles de describir que realmente valen la pena escuchar. 

Para completar la primera cara tenemos Friends, un experimento repleto de disonancias y atmósferas raras completamente único. La performance vocal de Plant, por sí sola, sería completamente irritante (cero melodía) de no ser porque se mimetiza completamente con el trasfondo: un riff acústico completamente brillante y un arreglo de cuerdas (Jones, quién si no) portentoso que le da a la canción un aire hindú, épico y oscuro. ¿Mi juicio? Es un genuino experimento que a su vez suena fascinante e interesante. Por último tenemos el clásico absoluto del álbum: un número blues improvisado en vivo en una sola toma y sin doblados llamado Since I've Been Loving You. Además de aportar un arreglo blusero que se sale bastante de la norma, aparece aquí uno de los solos de guitarra más fascinantes de Jimmy: en este caso no hay tanta melodía, pero sí con enorme fuego, pasión, agarre y cien notas por segundo. El tema en su conjunto va creciendo en intensidad, viajando desde una suave introducción, donde podemos escuchar que uno de pedales de John Bonham necesitaba lubricación, hasta una catarsis gigantesca repleta de feroz guitarra eléctrica, un órgano de Jones en plena ebullición y un Plant gritándose la vida como si fuera a morirse. La sección vocal que viene inmediatamente después del solo ("Do you remember mama when I knoked upon your door...") y que conduce la canción hacia su clímax tiene una intensidad brutal sin paralelo en la historia del blues. ¿Plagios? Si, la letra está tomada de un oscuro blues de Moby Grape, Never, pero ¿A quién le importan las letras? Después de todo Never es una cosa plana espantosamente aburrida, mientras que Since I've Been Loving You es un clásico absoluto rebosante de pasión, oscuridad y desesperación.

La segunda cara, sin embargo, es la parte que hace único a Led Zeppelin 3 gracias a sus maravillosos ambientes bucólicos y melodías hipnóticas. Garantizado: no hay nada de rock en toda la segunda mitad del álbum. Salvo quizá Hats Off To (Roy) Harper cada una de estas cinco canciones son una maravilla. Empezando por la experimental Gallows Pole, una pequeña épica con letras sobre ahoracados y verdugos que remiten a los tiempos medievales y un desarrollo fantástico entre la misteriosa intro acústica y el freak-out del final donde la banda tira la casa abajo con una guitarra acústica, un banjo, un solo de eléctrica y un ritmo inacabable. Las líneas de banjo son especialmente memorables y la atmósfera general de la canción transmite en efecto esa sensación de medioevo, de magia y de oscuridad. Maravilloso. Tangerine es una balada que Page compuso él solito en sus días de los Yardbirds. No está nada mal, y de hecho es una de las mejores baladas de toda la carrera de Led Zeppelin. La guitarra acústica aquí es simplemente hermosa y clásica, al igual que la melodía principal cantada por Robert (aunque desafina un poco en los coros). Me gusta también el solo de guitarra eléctrica que cierra la canción. That's The Way es una de las canciones más calmas y suaves de todo el repertorio de Led Zeppelin. La guitarra esta vez solo hace acordes raros y Plant canta una melodía linda pero no demasiado rica en ganchos. Pero ¡Qué atmósfera! Las imágenes se me dibujan solas en mi cabeza cuando escucho la deliciosa sucesión de acordes y la melancolía completa que logra la banda. Es algo mágico, intangible: no puedo nombrar qué hace tan increíble este tema.

Bron-Y-Aur Stomp es una buena viñeta folk (al parecer dedicada al perro de Plant) donde Jimmy nuevamente se vuelve loco con la acústica tirando las líneas más difíciles de todo el álbum y el amo del perro nos deleita con una melodía alegre y luminosa. Lo único más o menos fallido que hay en el álbum es el cierre con Hats Off To (Roy) Harper, que vendría a traducirse algo así como "Quítense el sombrero ante (Roy) Harper". En principio nunca entendí qué cuernos hace Roy Harper (un cantante folk relativamente conocido, más que nada por haber cantado Have A Cigar de Pink Floyd) mencionado en el título. Pero en lo que a la canción respecta... es MUY RARA, demasiado. Con un tono de voz que parece como si Plant cantara sepultado bajo tierra y unos trucos con la guitarra acústicos bastante molestos. Siento más confusión que disgusto cuando la escucho, pero aún así podrían haber tenido un cierre mucho más estelar con Poor Tom, una nueva cosita folk que finalmente vio la luz en Coda o, mejor, Hey Hey What Can I Do, el lado B del single de Immigrant Song que por alguna razón nunca entró en ningún LP, una canción original con buenas melodías y muy en la vena del resto del álbum. Podría haber sido un disco aún mejor de lo que es.

Pues bien. A quien quiera a Led Zeppelin por su hardrock y su blues demoledor no le recomiendo para nada este álbum. Led Zeppelin 3 es más bien para fans hardcore... pero a quien no le moleste un poco de folk y experimentación acústica... pues a ese sí. A mí, ya lo dije, me encanta y me encantaría que le encante a otros también.

 

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Led Zeppelin IV – 1971

9-/10

"It's been a long time since I rock and rolled"

1) Black Dog; 2) Rock And Roll; 3) The Battle Of Evermore; 4) Stairway To Heaven; 5) Misty Mountain Hop; 6) Four Sticks; 7) Going To California; 8) When The Levee Breaks.

mejor canción: Stairway to heaven (sí, creánme)

Hablando de vacas sagradas, llegamos al cuarto álbum. Como los miembros de Led Zeppelin estaban agotados y exhaustos de pensar los nombres de los tres álbumes anteriores (y los comprendo perfectamente), ésta vez decidieron no ponerle título alguno. Es un álbum sin título oficial, y en el vinilo original ni siquiera aparecía el nombre de la banda; tan solo cuatro símbolos ignotos que representaban cada uno a cada miembro. Ohhh! muy misterioso... Ahora, todo este circo tuvo bastante éxito y con el tiempo, este álbum, llamado comunmente Led Zeppelin IV o Zoso, se convirtió por consenso general en el más grande de Led Zeppelin. Lo que tenemos que determinar ahora es si la música en sí sobrevive al mito. La respuesta es un SÍ rotundo. Más allá de todas sus vicisitudes y todas las críticas que podamos hacerle se trata de un álbum monolítico, fundacional, un verdadero mojón dentro de la historia del rock y el álbum quintaesencial, el definitivo, de Led Zeppelin.

Luego del blues del álbum debut, el hard rock de Led Zeppelin 2, y el folk rock de Led Zeppelin 3, el grupo hace de este LP una suerte de síntesis de los álbumes anteriores, retomando a la vez la garra rockera perdida en III, inclinándose hacia terrenos más épicos, bombásticos y místicos, y endureciendo su sonido hasta alturas nunca antes alcanzadas. El resultado es ciertamente arrollador: quizá Led Zeppelin 1 y 2 sigan siendo álbumes más genuinamente rockeros, pero IV es por lejos mucho más heavy, agobiante y barroco. A mi juicio este es el álbum (junto a Who's Next) que realmente establece en toda su plenitud el espíritu del rock de los 70: sobreproducción, pasión por lo místico, tendencia a lo bombástico y excesivo y a los "power-chords". También es el primer álbum de Led Zeppelin que podría efectivamente ser considerado como "heavy-metal", ya que el hard rock sesentoso influenciado fuertemente por el blues que caracterizó su álbumes de los 60 ha sido elminado de un plumazo en favor de rocks mastodónticos y épicos que poco tienen que ver con el blues. In Rock de Deep Purple, salido un año antes, es quizá el primer álbum de metal genuino; Led Zeppelin IV sin embargo agrega al legado un elemento tan definitorio como nefasto: lo pretencioso de sus ínfulas proféticas, mágicas y místicas, así como un aura de "arte en serio" bastante presuntuosa. Esto sería una masiva (y pésima) influencia en miles de banditas metal posteriores, sin embargo Led Zeppelin es una banda demasiado talentosa e imaginativa como para que este tipo de cosas arruinen su música. De hecho, las atmósferas de este álbum son tan geniales que a veces esa mística barata logra fascinarme y despertar mi imaginación. Tonto de mí.

Mis sentimientos personales sobre el álbum son contradictorios. En principio pensé en darle a éste el título de mejor álbum de Led Zeppelin, simplemente porque tema por tema es de los más fuertes: quizá un par de ellos puedan considerarse relleno, pero sinceramente no admito que haya aquí una canción mediocre y no veo ningún traspie evidente del tipo de I Can't Quit You Baby, Moby Dick o Hats Off To Roy Harper que lastraban los tres álbumes previos. Aparte, como dije anteriormente, los delirios místicos no me causan mayor incomodidad. Sin embargo, escuchándolos todos de nuevo llegué a la conclusión de que de los cuatro primeros éste es el que menos me atrae y que no me hubiera sentido cómodo poniéndole la nota más alta. ¿Por qué? Muy sencillo: en general, la banda no me suena ni tan fresca, ni tan espontánea, ni tan ajustada como en los álbumes anteriores. La bombástica indisimulada de este LP, sin resultarme indigesta, ocasionalmente me cansa y a pesar de la inspiración innegable que subyace en estas canciones, siempre preferiré la atmósfera más fresca, juvenil y blusera de sus primeros dos álbumes (o los aires bucólicos del tercero) a la vena seria y sobreproducida de "art-metal" que transmite este. Simplemente eso. Más allá de dicho problemita el álbum sigue siendo casi una obra maestra que no para de patear una buena cantidad de culos con su certera potencia y que merece el nueve incondicional. Depués de todo éste es el que tiene Stairway To Heaven ¿No?

Pero empecemos por el principio. Black Dog es un contundente cock-rock que abre el álbum con un buen "punch" de energía como para disipar las dudas que había sembrado el LP anterior sobre si la banda se había olvidado o no de rockear. Es un mounstruo de canción, aunque su impacto no me duró lo suficiente como para ser de mis favoritas. Al principio es simplemente imponente, con un reconocido riff-mamut (cortesía de John Paul Jones) que me vuela los sesos y una distinguida y clásica melodía vocal. Pero qué pasa: no tiene mucho más que eso y se extiende por más de cinco minutos repitiendo una y otra vez las mismas líneas (sin contar que la voz de Bobby empieza a sonar un poco más "finita") y el mismo riff hasta que deja de sonar interesante. Además, la estructura de stop & go permantente le quita bastante fluidez: no es una mala idea y ya había funcionado en temas como Young Man Blues de los Who y Oh Well de Fleetwood Mac, pero acá las interrupciones parecen demasiadas y la canción no se escucha como una unidad armónica sino como una serie de baches que molestan ligeramente al oído; al menos esa es mi impresión. Igual es un gran tema que rockea setenta veces más que otras bandas pretendidamente heavy y una buena opción para abrir el álbum en buena forma. 

La notálgica Rock And Roll, sin embargo, es considerablemete mejor. Haciéndole honor su metadiscursivo título, el tema es una especie de boogie-rock de los cincuenta, muy simple en su constitución, solo que extrapolado a los límites más insanos de violencia y potencia: si después de Led Zeppelin 3 te habían quedado ganas de que la banda te clavara las garras en la garganta y te revoleara por los aires, esta es la canción que estabas esperando; la potencia, el sudor, la sangre, la adrenalina se sienten a flor de piel mientras Page tira los acordes mas viciosos en mucho tiempo, Plant canta "It's been a lonely, lonely, lonely time" y toda la banda se deja llevar como en trance por la demoníaca cadencia del ritmo. Un tema ideal para una fiesta: ponelo a alto volumen y si alguno no baila es porque está muerto. The Battle Of Evermore, el tema que sigue, es una balada acústica al estilo de Led Zeppelin 3, solo que esta vez está recargada de referencias místicas y épicas. Dragones, princesas, duendes, caballeros y todo ese tipo de criaturas mágicas infectan la letra. Muchos la odian por esta razón, pero si logramos olvidarnos (como yo) de este pequeño detalle no tenemos otra opción que aplaudir la majestuosa e hipnótica rendición que la banda hace de la canción. Pongámoslo así: Led Zeppelin consuma un potencial bochorno infantil como una brillante épica medieval, logrando un efecto tan dramático e intenso que mi imaginación se puebla de batallas, castillos y seres alados ¡Sin que me den ganas de vomitar! Todo funciona y se articula de maravilla: la mandolina (¿O es un dulcimer?) que toca Page, la dramática pista acústica, las escalofriantes vocales de Sanny Denny, el extático estribillo ("I hear, horses' thunder / Down in the valley below") y la extensa coda donde Plant pone a prueba nuestros nervios con una serie de ahhhs y ohhhs que milagrosamente se articulan bien, produciendo un gran efecto de oscuridad y magia. Puedo entender a todos aquellos que odian la canción, pero entiendo mucho más a quienes les sí les gusta, como a mí.

Y me obligo a poner párrafo aparte para el highlight definitivo. No importa lo consistente que sea Led Zeppelin IV, el clásico de clásicos Stairway To Heaven está muy por encima de cualquier otra cosa del álbum. Se trata de la primera gran épica de Led Zeppelin y una de sus pocas que a su vez consituyen una auténtica proeza de la composición musical. A pesar de todo su prestigio, la canción está lejos de tener un consenso definitivo: críticas que la acusan de "sobrevalorada", "demasiado larga" y "sobremediatizada" le han llovido desde todas las direcciones. Pero es un tema tan desmedidamente sagrado, y tan condenadamente bueno, que sobrevive a las críticas más despiadadas y la mayoría termina admitiendo que se trata de la mejor pieza de este álbum. ¿Sobrevalorada? Seguro, su status es tan legendario y mítico que sobrepasa el valor intrínsecamente musical de la canción, que ya es bastante grande. ¿Demasiado larga? NO, podría durar ocho minutos más que no me importaría. ¿Sobremediatizada? Definitivamente: si tienen que escoger una canción de Led Zeppelin para pasar por la radio hay un 90% de probabilidades que elijan ésta (estúpidos, estúpidos programadores) pero como NUNCA uso la radio, la primera vez que escuché el tema fue cuando compré este álbum. ¿La mejor canción de Led Zeppelin? Tendré que decir que sí. No puedo ser original ni transgresor en este sentido. ¿Pero qué tiene de genial este tema? ¿Por qué es TAN bueno? Te lo voy a decir: es una progresión sencillamente perfecta que parte de unos sutiles acordes acústicos con flauta, sigue con una serie de versos que, teclados, guitarras y percusión mediante, van creciendo en intensidad y dramatismo para explotar en un orgasmo total con EL MEJOR SOLO DE GUITARRA DE LA HISTORIA DEL ROCK. Un solo tan melódico, potente, sinfónico y majestuoso que casi dan ganas de llorar cuando lo escucho. La melodía del tema es hermosa (si bien no particularmente memorable), la letra pseudo-profética es tolerable, los pasajes instrumentales inspiran cosas y lo único que podemos reprocharle es que la distintiva melodía de guitarra inicial es demasiado similar al instrumental Taurus del grupo Spirit. Por lo demás ES una obra cumbre del art-rock y uno de los himos históricos del género, con un lugar reservado ahí junto a Hey Jude, Boehmian Rhapsody y Won't Get Fooled Again.

Después de semejante tour-de-force solo podemos ir hacia abajo y los dos temas siguientes Misty Mountain Hop y Four Sticks son los más defenestrados por la crítica general. Misty Mountain Hop es una sátira hippy en forma de metal-boogie que incluye un riff torpe junto con una de las melodías vocales más retorcidas, extravagantes y abrasivas jamás creadas y una voz de Plant particularmente aguda. Comprendo que algunos oídos no la toleren, sin embargo en mis oídos suena como una entretenida y curiosa combinación que, además, rockea con bastante vena. Y esa melodía vocal suena definitivamente como algo que extrañaría si no estuviera allí. Four Sticks puede sonar un tanto nula y sosa las primeras veces, pero es una canción que te va tomando de a poco. El riff, en principio tonto y subdesarrollado, se revela  positivamente intenso y poderoso con las reiteradas escuchas, sobre todo por cómo va ganando musculatura y oscuridad con cada sucesiva aparición. Lo mismo que la atípica pista rítimica (se dice que Bonham tocó con dos varas en cada mano y de ahí salió el título de la canción), que inicialmente puede resultar un tanto débil pero que en efecto provee un esqueleto mucho más obsesivo e intenso del que parece. A todo eso sumenle un oscurísimo solo de sintetizadores y tenemos una pequeña e injustamente olvidada gema. 

Going To California es una imponente re-escritura de That's The Way, que aporta más de esas guitarras acústicas y mandolinas mejestuosas patentadas en Led Zeppelin 3, solo que esta vez con una melodía aún mejor y una de las pocas letras realmente bellas y evocativas de Plant. Y para cerrar la cuarta obra maestra consecutiva ¿Qué mejor que OTRA épica? ¡Y qué épica! When The Levee Breaks es lo más cercano al blues que tenemos en este álbum... y si pensabas que la virulencia y oscuridad que Led Zeppelin había impregnado en los blues de su primer álbum eran la última palabra... este tema te va a volar en fragmentos deformes y sanguinolentos. Los tambores de Bonham abren la canción a todo trapo con un sonido particularmente terrorífico, pero cuando entran la guitarra y la armónica el panorama es simplemente devastador. La armónica de Plant suena positivamente malvada, cruel, HIJA DE PUTA ¿Alguna vez se preguntaron como suena una armónica HIJA DE PUTA? Escuchen este tema y sabrán exactamente a lo que me refiero. Junto al slide maligno y venenoso de Page, el conjunto suena obscenamente siniestro, infernal, sangriento, tenebroso, ENFERMO y uno espera de un momento a otro que una sierra eléctrica salga de los parlantes y corte a todos en pedacitos. ¡Waw! ¡Es la banda sonora para el apocalipsis! Una de las mejores atmósferas que experimenté en mi vida. Cada vez que escucho esta canción me imagino un atardecer sobre una ciudad oscura y monstruosa donde critaturas enfermas se retuercen desangradas en las calles y un cielo rojo y vaporoso anuncia una inminente destrucción, un destino irrevocable de ruina, dolor y muerte. Increíble, tan intenso como Gimmie Shelter de los Stones. Puede ser que sea un poco larga, pero los giros melódicos que hace la guitarra con ese sonido increíble justifican de sobra los siete minutos escalofriantes que dura este tremendo tour-de-force apocalíptico. El blues llevado a sus límites más insopechados y brutales.

Y esta es la quintaesencia de Led Zeppelin. Un álbum cansador, agobiante pero sumamente fascinante que, aún faltándole la gracia y frescura de sus primeros álbumes todavía está bastante lejos del dinosaurismo reseco y sin imaginación de los últimos años y que arroja algunas de las páginas más intensas de la historia del rock. El último infaltable.

 

Sección COMENTARIOS DE LECTORES sobre LED ZEPPELIN IV!

 


Houses Of The Holy - 1973

8+/10

"Upon us all a little rain must fall"

1) The Song Remains The Same; 2) The Rain Song; 3) Over The Hills And Far Away; 4) The Crunge; 5) Dancing Days; 6) D'yer Mak'er; 7) No Quarter; 8) The Ocean.

mejor canción: No quarter

Algunas de las grandes bandas llegan de pronto a un momento en el cual se vuelven totalmente dementes y empiezan a revolver y dar vuelta todo sin tener demasiada idea sobre qué carajo están haciendo. Se olvidan por momento de su imagen, su nombre y su reputación y se dedican de una vez por todas a divertirse, a experimentar, a jugar, a burlarse y a parodiar sin tomarse demasiado en serio. Le pasó a los Beatles con la película Magical Mystery Tour, a los Stones con Satanic Majesties, a los Doors con The Soft Parade, a The Police con Ghost In The Machine y al parecer a Led Zeppelin le ocurrió lo mismo en Houses Of The Holy, un álbum que muy poco tiene que ver con lo que la banda había entregado en sus primeras cuatro publicaciones.

Desde mi punto de vista, un álbum como Houses Of The Holy habla muy bien de Led Zeppelin. ¿Por qué? Simplemente porque demuestra que no tenian ningún interés en mantener una fórmula y que siempre querían hacer cosas novedosas, distintas y que abrieran nuevos caminos. En Led Zeppelin IV habían llevado hasta el extremo los elementos distintivos que habían caracterizado a la banda durante los primeros años, habían dicho la última palabra en términos de hard-rock, épicas oscuras y blues bombástico... ¿Qué sentido tenía seguir con lo mismo? Podrían, como cualquier banda que saca una obra maestra, intentar replicar exactamente el álbum anterior, pero Led Zeppelin fue lo suficientemente inteligente para darse cuenta de que eso era casi imposible, y movió para adelante. Claro que habría que tragarse todos estos elogios si el resultado artístico hubiera sido malo. Sin embargo Houses Of The Holy demuestra con éxito que Led Zeppelin podía ser versátil, podía ser experimental y abordar diferentes géneros sin perder en el camino la capacidad de hacer buenas canciones y crear buenos arreglos.

Hay quienes desechan esta "experimentación" argumentando que Houses Of The Holy demuestra que Zepp era una banda creativamente estrecha que no podía salirse de la fórmula sin hacer desastres. No veo por qué. Aqui la banda intenta con reggae (D'yer Mak'er), rock sinfónico (No Quarter), pop (Dancing Days), funk (The Crunge), doo-wop (The Ocean) y baladas orquestadas (The Rain Song), en fin, CUALQUIER COSA menos hard rock, y sale airosa. Es cierto que hay un par de tracks innegablemente flojos que ciertamente no me permiten darle el status de clásico que le doy a los cuatro anteriores, pero la mayoría de las canciones son tan excelsas como siempre y redondean un producto disfrutable y fresco. De hecho, es el último álbum de Zeppelin que suena verdaderamente fresco, contribuyendo un entretenimiento liviano y melódico, la perfecta y necesaria antítesis para el tour-de-force pesado y épico del álbum previo. Así que desconfíen de todos aquellos que critican a Houses Of The Holy como un fracaso artístico y oigan por ustedes mismos. De ocho temas, cuatro son brillantes, otros dos son aceptables y solo dos son medianamente olvidables y las canciones brillantes rankean junto con lo mejor que jamás haya hecho Led Zeppelin.

Para empezar tenemos The Song Remains The Same. Diré que la letra positivamente idiota ("Cantando Hari, hari / Bailando hoockie cu"), la voz excesivamente aguda de Roby y la estructura inexistente de la canción no sobreviven a su título tan pretencioso y grandilocuente. Cuando escuché el álbum por primera vez esperaba algo un poco más sustancial. Pero si tomamos el tema como lo que es, un experimento inocuo y divertido, llegaremos a descubrir su verdadera esencia y a disfrutarlo. ¿Cuál es el secreto? La letra y melodía vocal es una excusa; se trata puramente de una exibición de Jimmy quien a través de innumerables doblados de guitarras eléctricas seteadas con distintos sonidos (distorsionadas, limpias, con eco, sin eco etc.) crea una brillante composición ultra-compleja repleta de vericuetos, malabares y matices musicales sorprendentemente intrincados. Ocurren tantas cositas en sus cinco minutos y medio que cada nueva escucha nos depara un descubrimiento nuevo. Es un viaje increíble repleto de punteos, solos furiosos, riffs enérgicos y trucos varios rellenando los espacios, sin contar las estupendas líneas de bajo de Jones: es evidente que Jimmy Page por primera vez se está divirtiendo a lo grande, mandando al diablo cualquier tipo de restricción estructural y norma compositiva. Sana elección: lejos de ser un aburrimiento autoindulgente, es una valiosa e inimitable pieza musical. Sin embargo, no es tan buena como la siguiente The Rain Song, una canción que al principio no me llamaba mucho la atención pero que después de unas cuantas escuchas pude apreciar lo intensa que es. Las melódicas líneas de guitarra eléctrica son poderosamente evocativas y atmosféricas, estableciendo un maravilloso tono otoñal muy romántico. Es, como leí en alguna parte, una gran canción para escuchar con tu novia (o novio, si sos mujer) sentados junto a una chimenea, tarde en la noche. Plant canta una melodía suave y sutil mientras los arreglos de cuerdas sintetizadas y el piano de Jones realzan aún más la tristeza del tema. El largo y acogedor break instrumental del medio y el final con el delicioso, sutil, sublime punteo de guitarra (Page era una especie de genio, admitámoslo) son mis momentos favoritos. El único reproche que tengo es que una canción de semejante talla requería arreglos con cuerdas de verdad. No es que el sintetizador de Jones suene mal, pero de solo imaginar cómo hubiera quedado la canción con verdaderos violines y violas... El álbum continúa con un fluir extraordinario con la gema pop-rock de Over The Hills And Far Away que comienza con una perfecta serie de doblajes acústicos hasta que, en un golpe de efecto glorioso, un riff eléctrico entra de pronto transformando la canción en un riff-rocker, uno de los más alegres y poppy de toda la carrera de Led Zeppelin. Hasta aquí un inicio sin fallas.

The Crunge es para muchos el primer error grave del álbum. Para mí, sin embargo, la canción está bien. Verán, no hay que tomarsela en serio; es una parodia completamente descerebrada, exagerada e inocua de James Brown. Una PARODIA, nunca intentaron crear un tema soul en serio; no es más que un divertimento. Y como tal funciona bastante bien. Es más, el groove de prominente bajo, guitarra eléctrica y sintetizador es gracioso, funky y tremendamente adictivo; la voz de Plant suena extrañísima y la letra es una cargada total. No es un clásico, pero condenarla como una porquería es no advertir que se trata de un número de comedia, en solfa y repleto de genuino humor. El final es un gran ejemplo de ello; luego de dos versos repetitivos la banda intenta encontrar un puente para la canción; escuchamos a Plant preguntar desesperadamente por el puente ("The Bridge") y al no encontrarlo la banda se interrumpe de pronto mientras Plant maldice "Where's that confounded bridge?". Si eso no es humor, ¿Qué es? A partir de aquí Houses Of The Holy entra en terreno incierto. Dancing Days es un número pop ciertamente agradable pero con un riff sumamente disontante y extraño y D'yer Mak'er es la peor canción del álbum. Como tema de reggae es irreprochable, ya que la línea de guitarra caribeña lograda por Page no está mal. Pero la rendición de Led Zeppelin es excesivamente torpe (sin contar que en principio no soy fanático del reggae) ya que tanto la voz de Robert cantando "oh, oh, oh, oh, oh" como la batería estruendosa de Bonham están totalmente fuera de lugar y la melodía sumamente empalagosa suele afectar mis nervios como pocas canciones. Si lo hubieran pensado como una parodia probablemente habría funcionado, pero así como está el tema no suena muy convincente y me hace concluir que si hay un experimento fallido en Houses, es éste. Curiosamente, a pesar de estar reconocida como una de las peores canciones de Led Zeppelin, la radio no para de pasarla y es la única canción de Zeppelin que escuchan mis amigos. Bastardos.

Por suerte cualquier tropiezo en esos tres últimos temas se redime con la mágnifica, sublime, majestuosa No Quarter, una atmósferica y oscurísima pieza de rock sinfónico que demuestra un genio compositivo inédito para Led Zeppelin. De hecho, creo que es uno de los poquísimos temas del grupo (y en esto comparte puntos con Stairway To Heaven) donde se nota a leguas que los tipos SE ROMPIERON EL CULO en el aspecto compositivo, que se concentraron en hacer una verdadera CANCIÓN antes que una viñeta acústica o un riff pesado con letra. Así, la banda logra en No Quarter múltiples secciones, construcciones climáticas y progresiones hábilmente diseñadas que convierten a esta épica vikinga en una de las joyas absolutas del catálogo de Led Zeppelin, solo comparable a Stairway To Heaven y algunas de las suites bluseras de los primeros álbumes. El maléfico piano de Jones de la introducción, cuya textura maravillosa da la ilusión de que se está tocando desde el mismo fondo del mar, prepara el terreno para el bestial riff principal de Page, una de sus creaciones más devastadoras y terroríficas. Los versos de la canción insipiran una increíble atmósfera de misterio y terror y la sección instrumental media es simplemente el clímax, donde Jones agrega un sutil solo de piano y Page entrega deliciosas líneas de guitarra. La letra es una de las referencias más claras a "El Señor de los Anillos", pero en este caso la banda demuestra que SE PUEDE hacer un temazo inolvidable con ingredientes mitológicos y mágicos. The Ocean cierra el álbum en una nota decente, siendo un pop-rocker de mediano calado con tintes de doo-wop (en el break a capella) y una catárquica catarata de guitarra eléctrica sobre el final. Es un buen tema, pero no tiene ni el misterio ni la potencia suficiente como para agarrarme (siento que la batería suena muy escuálida, que le falta más potencia al bajo y más agresividad al tono de la guitarra) El riff principal me hace acordar un poco a Oo You, de Paul McCartney, aunque no me atrevería a decir que es un plagio. Lo más curioso de la canción es el timbrazo de teléfono que suena justo cuando empieza el solo de guitarra. Me pregunto si fue un toque intencional o si alguien llamó inoportunamente en medio de la toma.

Bueno, este es el quinto álbum de Led Zeppelin. En un esfuerzo mental descomunal lograron salir con un nombre verdadero para el mismo. Un buen nombre, y una gran cubierta también. No es que me exciten las nenitas desnudas, pero la idea de que se arrastren por la Calzada de los Gigantes como seres que recién comienzan a vivir y a explorar su entorno, y con esos colores tan raros... me encanta. También me encanta el álbum, que para mí consituye un exitoso cambio de aires, así como el último vestigio de juventud, chispa y frescura en Led Zeppelin. A partir de aquí comienzan los problemas de dinosaurismo.

 

Sección COMENTARIOS DE LECTORES sobre HOUSES OF THE HOLY!

 


Physical Graffiti – 1975

8+/10

"Meet me in the middle of the air"

1) Custard Pie; 2) The Rover; 3) In My Time Of Dying; 4) Houses Of The Holy; 5) Trampled Underfoot; 6) Kashmir.

1) In The Light; 2) Bron-yr-aur; 3) Down By The Seaside; 4) Ten Years Gone; 5) Night Flight; 6) The Wanton Song; 7) Boogie With Stu; 8) Black Country Woman; 9) Sick Again.

mejor canción: The rover

Uy! ¡Un álbum doble de Led Zeppelin! Esto sí que tiene que ser pesado, mastodóntico y graaaande. Casi que no se cómo empezar a analizar esta compleja obra. Luego de los coqueteos funky y danzarines de Houses Of The Holy Led Zeppelin se tomó una carrera de dos años para dar su último gran salto con Physical Graffiti, un ALBUM DOBLE repleto de canciones nuevas y que de alguna manera resume globalmente todo lo que habían hecho antes. Por su contenido parece una continuación más de Led Zeppelin IV que de Houses Of The Holy. Está claro: el álbum anterior había sido solo un respiro de diversión inocua; hechos todos los lindos reggaes y funks necesarios la banda decide volver con todo a su esencia: acordes pesados, riffs demoledores, jams extendidos, bombástica pura y justa medida de experimentación ¿Buenas noticias?

En parte. Led Zeppelin vuelve a su esencia, pero está claro que ALGO se ha perdido en el camino. Led Zeppelin era un grupo, con aura, con mística, con frescura. Eso es lo que se ha perdido en el camino ¿Cómo explicarlo? Verán, yo no soy (para nada!) de los que siente que Physical Graffiti es un álbum de insulso "heavy-metal genérico", como dicen sus principales detractores (Consultar a George Starostin). Después de todo sigo creyendo en cierto GENIO de parte de Led Zeppelin y no importa cuán peligrosamente se acerquen al paradigma gris y aburrido del hard rock de los 70 (aquí lo hacen por momentos), siempre tendrán un plus, un empuje adicional que hace que aún sus números más planos y genéricos suenen interesantes. Sin contar que Physical Graffiti es en realidad un álbum variadísimo que, además de hard rock bombástico, incluye baladas, números pop, blues, acústica, funk, boogie, rock and roll. Es, en efecto, el álbum más diverso de la carrera del grupo y eso parece escapársele a mucha gente. Ahí tienen: en general Physical Graffiti sigue demostrando un Zeppelin dinámico capaz de abarcar con éxito y energía disintos géneros, o sea... que se trata de otra obra maestra.

Sin embargo hay síntomas, solo síntomas, de que la banda empieza a perder el toque. El álbum está compuesto en parte por temas nuevos y en parte por descartes de los tres álbumes anteriores, que Jimmy agregó para lograr el álbum doble. Esos descartes son los que, a la larga, salvan al LP. Porque si juntáramos todos los temas nuevos e hicierámos un álbum aparte encontraríamos que la banda ha perdido GRAN parte de su frescura y su versatilidad. La voz de Plant está en muy mal estado, desafinando, raspando y vacilando como nunca antes; el tono de la guitarra de Page tiende a ser un poco monótono y a ser más ruidoso que melódico. El ensemble en general suena usado, ajado, apolillado, sucio y estos ocho temas nuevos suenan peligrosamente similares en estilo, por lo tanto se suele decir que Led Zeppelin se parece aquí más a Thin Lizzy o Grand Funk Railroad que a ellos mismos. Y algo de razón hay. Physical Graffiti empieza a mostrar los primeros indicios de la tremenda caída que sufrirían más adelante. Pero, aún están en la cima. A punto de caer, pero en la cima al fin.

Lo cual quiere decir que a pesar de todos sus avatares estamos hablando de un álbum bueno, interesante, repleto de sorpresas y que se puede escuchar entero sin que canse demasiado. De hecho, lo considero una experiencia mucho más interesante y variada que Exile On Main Street el álbum doble de los Stones publicado tres años antes. No es el mejor álbum de Led Zeppelin, pero al mismo tiempo no puedo nombrar una sola canción de aquí que me disguste profundamente; eso es importante: no hay ninguna canción mala y aún las que suenan más pedestres y vencidas tienen algo que las redime.

El primer disco contiene solo seis canciones, de las cuales dos son descartes de Houses Of The Holy. Es comprensible que se haya descartado The Rover ya que sus riffs aplastantes y su atmósfera épica está mucho más a tono en Physical Graffiti de lo que hubiera estado junto al el contenido light de aquel LP, sin embargo no comprendo aún como se dejó de lado el mismísimo Houses Of The Holy, un excelente número pop con un riff infeccioso y una agradable melodía cantada jovialmente por Plant que sin dudas hubiera sido una importante adición al álbum que lleva su nombre. Volviendo a The Rover, es mi tema preferido del álbum. El riff inicial es otra brillante progresión demoledora que aplasta los sentidos con impagable polenta y buen gusto. La canción tiene un vibrante aire épico, de esos que Led Zeppelin sabía transmitir muy bien, y además de algunas agradables líneas de guitarra marcando el estribillo cuenta con otro brillante solo de Page, melódico, consiso y absolutamente climático, sin duda uno de los mejores. Pero el resto de las composiciones, las nuevas, no están nada mal tampoco. Quizá Custard Pie, la canción que abre el álbum, sea el más flojo: en este heavy-blues podemos advertir que aunque capaces de seguir entregando buenas dosis de energía, la imaginación de antaño está bastante empañada: no hay muchos matices más allá de la buena performance de Jones en los teclados y del buen riff repetido una y otra vez. Y la voz de Plant se muestra ostensiblemente demacrada. La canción me gusta, pero soy el primero admitir que no tiene ni la mitad de vena que Whole Lotta Love, Immigrant Song o Black Dog, las overturas de álbumes anteriores. 

No puedo decir lo mismo de In My time Of Dying. Sí, en su conjunto la canción suena bastante dinosaúrica y escasamente original, y el hecho de que se extienda durante más de once minutos con un jam no muy refinado no ayuda mucho, sin embargo mi sensación es que a pesar de todo, la banda todavía es capaz de dar un toque especial. Y así, este cover fluye casi a la perfección, ya sea en su oscurísima sección inicial llevada por un slide infernal, como en el ABSOLUTAMENTE DEMOLEDOR jam del medio donde la banda despliega una dosis de energía y polenta hasta alturas que ninguna otra banda pesada de la época o posterior podría siquiera soñar. Los tambores de Bonham simplemente se incendian y la guitarra de Page explota con una serie de riffs estupendos que simplemente me vuelan la cabeza. En manos de otra banda esto podría ser completamente insoportable, pero cuando hay un guitarrista como Page en el medio la cosa mejora bastante. Y ningún reproche sobre los once minutos. In My Time Of Dying es sin lugar a dudas uno de los momentos definitorios del álbum y una de las experiencias límite de Led Zeppelin. Algo similar podría decirse de Kashmir, una imponente épica de ocho minutos con uno de los riffs ascendentes más originales e inquietantes de la historia del rock, tintes claramente orientales y un millar de trucos con sintetizadores, arreglos de orquesta y violines distorsionados. El efecto es hipnótico y fascinante; la canción va chupando al oyente, aunque no se trata de algo que uno quiera escuchar todos los días; su ampulosidad, su presuntuosidad y su barroquismo son ciertamente la antítesis de la frescura que habían mostrado allá por los sesenta... y no tiene tanta dinámica como In My Time Of Dying, por lo que a pesar de todo no constituye una experiencia TAN interesante. Es por temas como éste que surgió el punk, sin dudas. Me queda Trampled Underfoot, una sorprendentemente lorgada incursión en el funk (inspirada quizá en la similar Superstition de Stevie Wonder) donde John Paul Jones se lleva todas las palmas gracias a una infecciosa interepretación en el clavi. Es uno de los temas de Led Zeppelin que más me incitan a pararme y bailar; las vocales de Plant cantando ingeniosos juegos de palabras sobre sexo y automóviles están un poco sepultadas en la confusa mezcla, pero el riff de Page es una joya y el solo de Jones con los teclados es sencillamente adictivo.

El segundo disco es quizá un poco más inconsistente pero a la vez es mucho más variado ya que de nueve temas cinco son tomas viejas, por lo tanto el nivel de disfrute que me produce es aún mayor que el del primer álbum. In The Light es otra gran épica de ocho minutos y aunque no tiene la inspiración ni la imponencia de Kashmir sale bien parada gracias al más hipnótico pasaje de música jamás grabado por la banda. Se trata de la introducción, donde Jones hace todo tipo de melodías extrañas de sintetizador que suenan como de otro planeta. La parte "normal" de la canción no muestra mucho más que un riff medianamente competente y algunos giros melódicos inesperados en el clímax. Nada del otro mundo (salvo esa intro, claro) pero tampoco el desastre aburrido que muchos claman. La única canción nueva de este segundo volumen que merece el status de highlight es quizá Ten Years Gone, una muy buena composición que tiene todos los ingredientes de un clásico. El tono que le da Page a su guitarra quizá sea demasiado tosco y fosilizado para tan delicada melodía, pero eso no impide que suene maravillosamente triste y sombría. Hasta la intro y los primeros versos, Ten Years Gone no parece nada del otro mundo; en mi opinión la canción realmente logra agarre con el break intermedio donde Page se manda otro hermoso e inesperado solo y Plant canta las vibrantes líneas de "Did you really ever need somebody?" (Por cierto ¿No se parece un poco esta parte a la intro de Band On The Run de Paul McCartney?). The Wanton Song es un tema que al principio no me llamaba mucho la atención: el riff tonto, vulgar y abrasivo (muy, muy similar al de Custard Pie) sumado a la inexistente melodía vocal de Plant solía espantarme de entrada, sin embargo mi recomendación es que no hay que dejarse engañar ni apretar el botón "skip" antes de tiempo. Luego de los primeros versos, lo que venía siendo un olvidable hard rock ultra-super-genérico se realza al status de semi-clásico gracias a la extraordinaria creatividad de Jimmy Page quien empieza a tocar pasajes sorprendentemente interesantes que culminan con otro espectacular solo. Para cerrar el álbum tenemos el menos estelar Sick Again, un heavy rock que suena bien cansado, bien genérico y bien gris. Lo salva el hecho de que tiene uno de los riffs más sucios y malignos que escuché y que la letra (Robert y sus correrías sexuales con jovencitas de diesiseís años) le da un corte sexual a lo Stray Cat Blues que le otorga una emoción adicional.

Los temas "viejos" del segundo disco son sin embargo pura energía y frescura. Es curioso (y preocupante) que temas que no resultaron lo suficientemente buenos para aparecer en álbumes anteriores, sean aquí highlights absolutos. Down By The Seaside, otro outtake de Houses, puede ser perfectamente la canción más hermosa que jamás hayan hecho, gracias a una línea de guitarra totalmente cautivante y una melodía serena y reposada que efectivamente nos hacen sentir como si estuviéramos "a orillas del mar". Sin embargo, al igual que ocurre con Ten Years Gone, es el middle eight, donde la banda convierte este liviano doo-wop en algo más rockero, el verdadero golpe maestro que le da a la canción ese toque de genio que otras bandas no hubieran sabido darle y la vuelta al tema principal después de que Plant cante "Still do the twist..." es gloriosa. También me gusta mucho Night Flight, el único descarte del cuarto álbum, un rock and roll repleto de energía y realzado por entradores riffs y una melodía vocal totalmente exuberante. Bron - Y - Aur es un atmosférico y breve instrumental acústico muy en la vena de Led Zeppelin 3 (en aquellas sesiones fue grabado) que es simplemente hermoso. Y no tiene nada que ver con Bron - Y - Aur Stomp, eso es otra cosa (En mi edición está mal escrito: Bron - Yr - Aur) ¡Qué lio que me armo con ese condenado nombre! También está, de Houses Of The Holy, el adictivo blues acústico de Black Country Woman, donde Plant canta bien, bien agudo y la banda va agregando intrumentos hasta que el oyente no puede evitar zapatear. El único relleno obvio del álbum sería Boogie With Stu, un divertimento que Zeppelin tuvo con Ian Stewart, el pianista de los Rolling Stones. No es desagradable, sin embargo, y no puedo quejarme.

Voila! ¡No dije nada malo de ninguna canción! Y eso es porque no hay nada malo en ninguna canción. En la web encontrarán varios críticos que serán muy duros con este álbum, argumentando la falta de imaginación, que no se puede escuchar entero de una sola vez, que es muy largo, que es puro relleno. Bueno, si quieren seguir mis recomendaciones, no les crean. Todas las canciones son mini joyas y a pesar de que, como dije, los temas compuestos especialmente para el álbum tienen un sonido un tanto opaco, Physical Graffiti es una experiencia realmente interesante, que cansa menos de lo que debería cansar un álbum de estas características y que demuestra que, sencillamente, Led Zeppelin es una banda que está por sobre el promedio. Si quieren escuchar cómo suena REALMENTE una banda vencida y acabada y lo MALO que puede llegar a ser el hard-rock genérico de los 70, no tienen más que pasar al siguiente álbum.

 

Envíame tus comentarios sobre PHYSICAL GRAFFITI!

 


The Song Remains The Same – 1976

8-/10

"There's still time to change the road you're on"

1) Rock And Roll; 2) Celebration Day; 3) The Song Remains The Same; 4) The Rain Song; 5) Dazed And Confused.

1) No Quarter; 2) Stairway To Heaven; 3) Moby Dick; 4) Whole Lotta Love.

mejor canción: No quarter

Fíjense como son las cosas: si me hubieran dicho que este álbum en vivo de Zeppelin era como Live At Leeds, me habría llevado una tremenda desilusión. Ahora bien, como en general lo que se suele comentar es que se trata de una cosa mediocre y aburrida, tengo que decir que me llevado una grata sorpresa. O sea, el grado de disfrute de un álbum depende mucho de las expectativas, por eso a veces es mejor no cargar con especulación ni referencia alguna antes de escuchar cierta música... Aunque si un preconcepto, como el mío en este caso, te ayuda a disfrutar un álbum más de lo que ordinariamente harías, pues bienvenido sea.

Pues bien, lo que tenemos aquí es una selección de temas en vivo de Led Zeppelin, tomados de un concierto en el Madison Square Garden de Nueva York, en 1973, dado con motivo de la gira de Houses Of The Holy, que en ese momento aparecía fresquito en las disquerías del mundo (¡Qué días aquellos!). La excusa para publicar el álbum fue una película titulada The Song Remains The Same, que muestra filmaciones del consabido concierto intercaladas con algunas escenas de la intimidad del grupo, como picadas de autos entre los integrantes y algunas actuaciones pseudomísticas que no quiero ni imaginar (creo que actúan de hobbits y brujos o algo por el estilo). Naturalmente no tuve oportunidad de ver la película (aunque ateniéndome a las críticas que he oído, podría ser otra GRATISIMA sorpresa), pero sí pude escuchar por fin este álbum, que no es otra cosa que el soundtrack.

Todavía no me queda muy clara la reputación de Led Zeppelin como banda en concierto en grandes estadios. Según algunas descripciones y textos que he tenido la oportunidad de leer, la experiencia de ver a esta banda en vivo era INCOMPARABLE; se dice que los tipos incendiaban el escenario y rompían todo con su inconmensurable potencia. Sin embargo también he oído quejas sobre ciertas performances chapuceras, sobre una falta de estado en la voz de Plant, sobre rendiciones cansadas y previsibles, etc. Como habrán adivinado, estas últimas versiones están basadas, justamente, en The Song Remains The Same. En efecto, ni los fans ni la banda misma se mostraron complacidos con la imagen del grupo que dejaba este disco, y durante un buen rato The Song fue algo así como una mancha, una deuda pendiente. Pasó mucho tiempo hasta que Page decidió enfrentar el desafío de nuevo, y todo se saldó recientemente con el EXCELENTE BBC Sessions y con How The West Was Won, que parece ser el álbum DEFINITIVO de Zepp en directo.

¿Pero es que es tan terrible este concierto entonces? No! ¡No y mil veces no! Es un concierto más que decente y aceptable y ostenta momentos de clara excelencia, lo que ocurre es que tampoco es extraordinario y eso, para una banda de altas aspiraciones, fue tomado como un fracaso. Todavía tengo que oír How The West Was Won para emitir un juicio definitivo, pero teniendo en cuenta el BBC Sessions, queda bastante claro que The Song Remains The Same no registra a la banda en el tope de su forma. Si fuera por este disco y nada más, mi conclusión sobre Led Zeppelin en vivo estaría más cerca del término "competente" que del término "espectacular", y ya te estaría diciendo que bandas como The Who o los Rolling Stones se los tragan vivos. Obviamente esto no es así, ya que solo basta una escucha a BBC Sessions para entender que Led Zeppelin PODIA ofrecer dura competencia a sus pares. Pero allí solo hablamos de performances de pequeña escala, en estudios de radio o en teatros. La mística del recital en grandes estadios es algo totalmente distinto (aunque no tanto para mí, que no soy testigo presencial de los conciertos), y en ese aspecto Led Zeppelin no parece estar a la altura de las circunstancias... Insisto, estas conclusiones basadas SOLAMENTE en este disco, que es lo único certero a lo que me puedo aferrar. Obviamente creo en quienes dicen que eran mucho mejores de lo que aquí se documenta, y espero ansioso poner mis manos sobre How The West Was Won para verlo por mí mismo.

Pero más allá de esos reparos el concierto está muy bien y demuestra en buena medida el talento de los músicos. Plant tiene la voz hecha pedazos, pero la sección instrumental suena potente de principio a fin, sin mayores traspiés y con considerables lapsos de espectacularidad y originalidad cada tanto. Eso sí, me parece que más allá de la potencia, no se oyen tan ajustados como me gustaría y a veces lo que hacen con algunas canciones se me hace un poco predecible. Hay muchísima improvisación aquí, y en general ésta me encanta, pero cuando se dedican a tocar en base a los arreglos del álbum aflora el típico problema de los discos en vivo; las versiones carecen de espontaneidad, se oyen rutinarias y no agregan nada mejor o distinto a la original; no son más potentes, no son más ajustadas, no son más lindas, y en este aspecto no ayuda el factor de que valoro bastante la terminación de una pieza; o sea cuán pulida, acabada y perfecta suena. Si estuviera presente en el estadio esto me importaría un cuerno, ya que tener la banda enfrente tocando para vos mientras esperás que arranquen con tu tema favorito es otra cosa. Pero estando acá en mi casa, escuchando, no siento nada particularmente nuevo ni especial en estas rendiciones. Sí, escucho que están bien, que suenan razonablemente y que hay cierta chispa de grandeza, pero en general no alcanzo a contemplar nada distinto o especial que las independice de las orginales y las haga válidas en sí mismas. 

Un ejemplo claro es Stairway To Heaven. Esta es una muy buena versión (sacando siempre la voz de Plant que ya no sirve), pero no muestra nada alternativo o superior a la original, por lo tanto me quedo como frío al escucharla. Sí, es Stairway To Heaven pero en su mayor parte siento que desearía estar escuchando la original de Led Zeppelin IV en su lugar. El solo de guitarra final esta vez es mucho más largo, y aunque no deja de ser impresionante la habilidad que Page demuestra improvisando de la nada, no logra la catarsis que espero. Lo mismo puede decirse de Rain Song, que recrea el arreglo original sin nada que le dé validez independiente. Pero ahora ya me dejaré de protestar con eso porque lo dejé bastante claro, y es algo que siento en general con TODOS los álbumes en vivo. Ahora resaltaré las bondades de cada canción, porque en definitiva las tienen. 

The Song Remains The Same, la canción, suena sorprendentemente potente teniendo en cuenta que Page no puede valerse de los seiscientos treinta y dos doblados que había en la versión maestra, y John Paul Jones vuelve a impresionar con sus líneas de bajo, aunque esta vez sobre un escenario. Por su parte, Rock And Roll suena FURIOSA, sobre todo en la performance devastadora del gran Jimmy, y podría haber sido una GRAN versión de no ser porque la voz de Robert parece apenas un resquebrajado suspiro rogando por aire. Al recordar los antológicos alaridos que se pegaba en esta canción, da casi pena oirlo cantando con su voz bien baja como si se tratara de un rockabilly. Aún así el tema no deja de ser pegadizo e imagino que haber estado en ese estadio con este tema al mango debe haber sido genial. Pegada aparece Celebration Day y aquí Page se las arregla para reproducir aquel riff esquizofrénico casi sin problemas, y aún así le quedan fuerzas para extender el solo casi el triple y darle al tema un filo aún más sucio y rockero. En el polo opuesto aparece Moby Dick, solo que esta vez dura TRECE MALPARIDOS MINUTOS... Creo que solo un loco perdido puede disfrutar enteramente un solo de batería de esta duración; mientras tanto Robert, Jimmy y John Paul tuvieron tiempo de ir al baño (a ducharse), preparse un café con tostadas, tomar unas píldoras energizantes, voltearse un par de putas y hasta jugar un par de partidos de ping-pong para bajar los humos.

Ahora, cuando se ajustan un poco los lienzos y se dedican a improvisar, volando a millas de distancia de los temas originales, agarrate con las dos manos. Lo mejor del disco, sin lugar a dudas, está en los grandes jams espontáneos que se manda la banda tomando como plantillas los clásicos Dazed And Confused, Whole Lotta Love y el reciente No Quarter. Aquí el álbum cobra valor por sí mismo pues logra apotar cosas totalmente nuevas. No soy tan fanático del extendido Dazed de (lean bien) VEINTISIETE MINUTOS, debido a que es demasiado larga y a que buena parte está dedicada a Page y sus soniditos raros con el arco de violín, pero fuera de eso los solos de Page son CRIMINALES, dedicándose el tipo a sacar de la galera todo tipo de truquitos improvisados, pasajes de pura velocidad, solos visionados allí mismo, interjuegos con la voz de Plant y demás cosas surtidas para las seis cuerdas. Supongo que después del show habrán tenido que recoger las 70.000 mandíbulas de todos los presentes. Igual es demasiado larga, pero tiene grandes momentos perdidos ahí en medio. Algo similar ocurre con Whole Lotta Love, que apabulla enseguida después de los primeros versos con un jam de la reputamadre que incluye grooves rockeros de toda índole, varios covers de clásicos del blues (algo que, como nos muestra BBC Session, acostumbraban a hacer desde temprano), riffs para todos los gustos, líneas de bajo ASESINAS, duelos entre Plant y Page y más juegos de este último con el arco de violín. Todos los excesos de Zepp en su máxima gloria. Es en estos momentos especiales del álbum en los que siento que, en efecto, Led Zeppelin podía ser tan potente e inventivo sobre un escenario como The Who e incluso más que los mejores Stones de Ya-Ya's.

Dejo para el final la gran performance de No Quarter, que es mi favorita absoluta del álbum. Aquí Zeppelin ya no quiere rockear, sino que prefiere sumergirse en el mundo oscuro y misterioso de la épica de Houses Of The Holy, y les sale una cosa bastante ESPECTACULAR si me permiten la expresión; la sección regular del tema no impresiona tanto como la original, pero en el intermezzo instrumental, que ya era bastante glorioso desde el principio, Page y Jones (en el teclado eléctrico) se mandan un jam subrepticio, atmosférico y jazzero que verdaderamente se roba el show. El arreglo original quizá suene más rico debido a que aquí falta el piano acústico y los varios doblados de guitarra, pero aún con lo mínimo los dos grandes músicos del grupo tienen su oportunidad para brillar. La cosa es bastante larga pero nunca aburre; empieza con unas ominosas notas de Jones, de a poco se van agregando los ritmos maestros de Bonham (realmente imresionante aquí) y Page agrega a hurtadillas unos ritmos bien funky, antes de mandarse un solo EXCELENTE y llevar el impromtu a su máxima expresión. Robert Plant mientras tanto se llevaba la mejor parte; no hacía nada y tenía la posibilidad de ver a estos tres monstruos tocando ahí al lado. En verdad, solo por este momento está justificada la compra de este disco.

Así que, como han visto, HAY momentos de transparente grandeza en este CD, más allá de lo que siempre se maldiga sobre él. Claro que también hay momentos un tanto ordinarios que en definitiva le quitan algo de peso. Sin embargo, el Led Zeppelin en vivo que se escucha en el disco por momentos está bien cerca de los más grandes (Whole Lotta Love; No Quarter), y aún en los más rutinarios momentos (Rock And Roll, Rain Song) no llegan a niveles demasiado bajos. Conclusión; mucho más decente y disfrutable de lo que esperaba. No es la cúspide del rock en vivo, pero tiene sus momentos. Si How The West Was Won es, como se rumorea, mucho mejor que esto, pues entonces no voy a dormir hasta conseguirlo. Hasta entonces.

 

Sección COMENTARIOS DE LECTORES sobre THE SONG REMAINS THE SAME!

 


Presence – 1976

5+/10

"It was an april morning when they told us we should go"

1) Achilles Last Stand; 2) For Your Life; 3) Royal Orleans; 4) Nobody's Fault But Mine; 5) Candy Store Rock; 6) Hots On For Nowhere; 7) Tea For One.

mejor canción: Achilles last stand

Propongo un pequeño ejercicio de la imaginación. Retrocedemos un año atrás, tomamos Physical Graffiti y eliminamos de un plumazo todas las tomas de álbumes anteriores como Night Flight y Houses Of The Holy. Las tiramos a la basura. A continuación reunimos lo que nos queda, temas como Sick Again o Custard Pie, y removemos cuidadosamente cualquier brisma de energía, originalidad y mística que quede dando vueltas por ahí. Lo amontonamos todo en un álbum nuevo mientras inventamos un arte de tapa estúpido y carente de misterio y ¡Listo! lo publicamos como el flamante álbum de Led Zeppelin. ¿Pesadillesco no? Bueno, amigos... esa pesadilla es ABSOLUTAMENTE REAL, y se llama Presence, y sí, fue publicada por el mismo grupo que no hacía mucho tiempo podía hacer cosas como Led Zeppelin IV y Houses Of The Holy.

Esa fue una descripción más o menos adecuada del álbum Presence. Verán; para Phisical Graffiti, como dije antes, la banda había perdido buena parte de su inventiva y su frescura... canciones como Sick Again, In The Light o Custard Pie así lo atestiguan; aún sin ser malas no se pueden comparar con los rockers de los primeros álbumes. Ahora bien: Led Zeppelin pudo rescatar algunas canciones que habían quedado en el tintero y agregarlas al producto final, como retazos de los días de gloria capaces de maquillar la debilidad de los temas nuevos. La alquimia funcionó y Phisical Graffiti es una maravilla de álbum, donde los temas que antes habían sido descatados brillaban con luz propia. Ahora bien: para la época de Presence ese recurso estaba definivamente agotado: nada en el tintero, nada significativo en el fondo del tarro de galletitas (¡Epa! ¡Estoy hecho una luz con las metaforas!) ¿Cómo proceder? Pues escribiendo cosas nuevas, lo que sea con tal de llenar cuarenta minutos de vinilo. 

Pero, claro: Led Zeppelin ya era una especie de dinosaurio cuya creatividad había sido virtualmente arrasada por el tour-de-force del álbum anterior (Kashmir, Ten Years Gone y quizá In MyTime Of Dying habían sido las últimas muestras de aire y vida). Para colmo los problemas personales no eran precisamente una fuente de inspiración: Plant sufrió un accidente de auto TERRIBLE que lo dejó por casi un año en silla de ruedas (grabó el álbum sentado en ella, sin poder pararse) mientras que Page y Bonham estaban demasiado hundidos en la heroína y el alcohol respectivamente como para aportar muchas luces. El resultado está a la vista: un álbum flojísimo, ABISMALMENTE INFERIOR a cualquiera de los seis anteriores, donde lo único que se respira es decadencia, mediocridad, cansancio... No podemos pedir mucho, dadas las circunstancias... pero eso no va a hacer que querramos escuchar este álbum una y otra vez (al menos yo). La voz de Plant se halla en muy mal estado y lo peor es que hasta Jimmy Page es incapaz de otorgar un amplio rango de sonidos y trucos como solía hacer; todas las canciones están atravesadas por el mismo tono de guitarra hueco, tosco, feo... sencillamente FEO; ni una sola concesión acústica, NI UNA SOLA, ni un solo toque maestro de Jones con los teclados. Todo bien directo, eléctrico y aburrido. Y para redondear, el nivel compositivo está por el suelo: si hay un álbum donde la música de Led Zeppelin merece ser descartada como "hard rock genérico y mediocre de los 70" es éste. Las canciones no tienen melodía, los riffs suenan espantosos y los jams carecen totalmente de ganchos, no siendo más que Page divagando con ese horrible tono de guitarra por todas partes hasta aturdir. La mística, la frescura y la energía juvenil ha desaparecido por completo. En su lugar tenemos una panda de acabados tocando una miserable colección de malas canciones, solo para cumplir con el contrato, pero con la cabeza en otra parte.

La única razón por la cual le doy al álbum un cinco y no, por ejemplo, un tres, está en la épica, fascinante, inolvidable, magnífica, emocionante (etcétera) Achilles Last Stand, un himno aplastante y gigantesco que completa "la santa trinidad" de grandes épicas Zeppelianas junto a Stairway y Kashmir y que es sin dudas la última gran canción que el grupo supo darle al mundo. En sus diez minutos y medio, Achilles Last Stand parece concentrar todo aquello que la banda siempre había soñado, todos los elementos quintaesenciales de Led Zeppelin en una sola canción, explotados hasta el extremo: un riff extraordinario y complicadísimo que hay que escuchar sentados para no caernos de espaldas, un ritmo de batería sencillamente animal, inhumano, que Bonham mantiene a toda velocidad por diez minutos seguidos sin vacilar una sola vez, líneas de bajo de la reputísima madre crujiendo por todas partes (Jones tocó un bajo de ocho cuerdas, nada menos), infinitos doblados de guitarra eléctrica tirando cataratas, torbellinos, constelaciones y eclipses de sonido (no hay otra forma de definirlo) y un Plant lanzando todas las cabriolas vocales de las que era capaz, resumiendo su carrera con alaridos mortíferos, suaves susurros y dulces melodías en una de sus performances más entretenidas. El conjunto suena totalmente desbordante de mística y energía bestial a flor de piel. Admito, sí admito, que luego de unos minutos puede volverse un poco repetitiva y que el impacto inicial se desvanece... pero es una de esas canciones que NECESITAN ser largas, que QUIEREN ser desproporcionadas; si durara cuatro o cinco minutos no sería la épica devastadora y titánica que es. Además, la cantidad de truquitos y cositas de hacen Page con la viola, Bonzo con la batería y Plant con la voz bastan para que nunca aburra. No escucharás nada remotamente parecido en ningún lado: Page simplemente escribe su testamento musical definitivo donde complejidad extrema (¿Realmente son tres seres humanos los que tocaron esta bestialidad?) se combina exitosamente con una espeluznante potencia rockera. Maravilloso.

Lamentablemente esto es prácticamente lo único que Presence tiene para ofrecer. El resto del álbum se cae a pique como un avión al que se la acabó toda la nafta, y a Led Zeppelin se le acabó toda la nafta con Achilles Last Stand, por lo tanto cae a pique y se estrella contra la tierra. Por más receptivos y benévolos que seamos como oyentes, no encontraremos nada comparable con la poderosa obertura. La lava incandecente que brotaba a borbotones en Achilles se desliza ahora fría, dura y lenta y Led Zeppelin no puede entregar más que acordes heavy-metal vacíos, jams pesados sin imaginación y melodías que suenan tan frescas como un fósil del precámbrico. Nobodys Fault But Mine es frecuentemente citado como un tema digno de atención. Concuerdo más o menos. No es exactamente una canción brillante; el riff, aun siendo uno de los mejores del álbum, no es demasiado atrapante y la introducción climática (más o menos en la onda de In My Time Of Dying) me resulta un poco larga para lo que tiene que entregar, pero el solo de armónica furibundo que aparece en el medio hace renacer un poco la garra perdida y los ecos terroríficos de When The Levee Breaks resucitan para buen efecto. Otra canción que más o menos se salva es Tea For One. Se trata de una reescritura casi vergonzosa de Since I've Loving You que no logra ni la mitad del dramatismo y la vibración de aquella (y comienza con un riff espantoso que no se de dónde sacaron), pero al menos aporta una interesante atmósfera de soledad, de resignación, de melancolía, de "sin fuerzas para luchar"... ideal para escuchar tarde en la trasnoche, sobre todo cuando tu novia te abandonó o algo así... como para levantar el ánimo, jeje. La última pequeña concesión de relativo interés está en For Your Life. En conjunto suena como un rocker mediocre y acabado (con ese tono de guitarra horrendo que envicia todo el álbum), pero la variedad de riffs que Page logra desenvainar, aunque ninguno de ellos sea brillante, basta para que el tema sea escuchable.

El resto es malo, muy malo, al punto de que directamente uno no quiere seguir escuchando el álbum. Hots On For Nowhere, como su título acertadamente indica, no va a ninguna parte a pesar de sus más o menos pegadizos "la la la la yeah". Candy Store Rock es un patético intento de rockabilly que no tiene un solo gancho ni una pizca de energía: solo torpeza y vacuidad, mientas que Royal Orleans, más allá de una medianamente atractiva linea de guitarra funky es otra cosa totalmente ajada y cansadora.

Ahí tenemos. Esto es Presence. Exceptuando Achiles Last Stand, que en buena medida escapa a todas las generalizaciones sobre el álbum, aqui no hay estilo, no hay garra, no hay nada. Después de seis álbumes magnificos seguidos, y teniendo en cuenta el bajón creativo que denunciaban ciertos momentos de Graffiti uno podía esperar una recaída... pero nunca de semejante magnitud. Midiéndolo de forma estándar quizá Presence no sea tan, tan malo... pero viniendo de una banda como Led Zeppelin que hasta no hace mucho era capaz de cosas como Stairway o No Quarter, francamente dan ganas de matarse. Pero hey... en poco tiempo demostrarían que podían caer ¡AUN MAS BAJO! Pasemos a In Through The Outdoor para entrar en lo más penoso de la decadencia, mientras escuchamos Achilles Last Stand otra vez.

 

Sección COMENTARIOS DE LECTORES sobre PRESENCE!

 


In Through The Out Door – 1979

4-/10

"Yours is the cloth, mine is the hand that sews time"

1) In The Evening; 2) South Bound Saurez; 3) Fool In The Rain; 4) Hot Dog; 5) Carouselambra; 6) All My Love; 7) I'm Gonna Crawl.

mejor canción: All my love

Con mucha sopresa he percibido que la actitud general del público con respecto a este álbum es de bastante tolerancia e indulgencia. En su momento In Through The Outdoor estuvo en el primer puesto de ventas y aún hoy es muy común considerar a Coda o Presence como los peores momentos de Zeppelin mientras que este queda más o menos bien parado a consideración popular. ¿Soy el único que considera a esta la peor chatarra jamás hecha por Led Zeppelin? Es posible que no, pero aseguro que le encontré a este álbum más amantes de los que se merece. Según mi opinión esta cosa es peor que Coda, es peor que Presence. No hay acá ni siquiera un Achilles Last Stand como para salvar un poco el pellejo, no hay energía, no hay melodías, no hay atmósferas. Nada. Nada. NADA. Si en Presence Led Zeppelin era un dinosaurio, ahora es directamente un muerto vivo. La banda como entidad creativa pareciera estar en coma: las funciones vitales, hacer música, siguen vigentes; pero el cerebro, la razón y la creatividad están totalmente dormidas, desmayadas, MUERTAS. 

Si algo hay que reconocerles es que, aún con los últimos y pobres alientos creativos, tuvieron el tino de descartar la fórmula apolillada de Presence e intentaron hacer algo realmente nuevo, cosas que previamente no habían explorado. Y esto para una banda del status de Zeppelin, que además ya estaba muy lejos de su mejor momento, es algo poco común. ¡Imagínenese a los Stones hoy en día tratando de hacer algo distinto de lo que hacen desde hace veinte años! En este caso Led Zeppelin (para evitar problemas de dinosaurismo) quiso estar a tono con las tendencias musicales del momento (punk, new wave, disco) y por lo tanto encontraremos... ¡Piano pop! ¡Samba! ¡Country! ¡Rock de bar! ¡Pop de sintetizadores! ¡Led Zeppelin! Y la verdad es que no tengo ningún inconveniente con eso: en álbumes anteriores el grupo se había probado competente al abordar géneros extraños y en todo caso, In Through The Out Door es relativamente más versátil y cambiante que su claustrofóbico antecesor Presence. O sea, el problema de In Through The Out Door NO ES que Led Zeppelin toca géneros con los que nunca debería haberse metido, NO ES que no rockean lo suficiente. El problema es que no logran hacer nada productivo con esos géneros, no logran componer grandes canciones, no logran los arreglos y los toques inteligentes y geniales que habían caracterizado sus épocas doradas. No le demos más vueltas: Led Zeppelin está creativamente agotado. Completa, absoluta y totalmente agotado; ya no pueden ni siquiera sacar cosas de la galera como Achilles Last Stand y las canciones de In Through The Out Door, sin importar si son piano pop, samba o reggae, son malas, malas, MALAS... no hay ningún tipo de atenuante en ese aspecto. Son malas. Solo hay que comparar este álbum con Houses Of The Holy (donde también exploraron notoriamente con géneros atípicos) para darse cuenta de la abismal falta de calidad. Plant ya no canta, solo hace gemidos molestos; Page no es capaz de proporcionar UN SOLO gancho con su guitarra, solo aburridos y rutinarios aporreos; las melodías definitivamente no existen; no hay un solo riff que se haga notar, que nos haga decir "¡Oh! Ahí hay un riff" y las atmósferas místicas y fascinantes de antaño brillan por su ausencia. Al parecer Jones era él único que se hallaba más o menos inspirado y por lo tanto sus arreglos de sintetizadores son los verdaderos protagonistas, los que hacen al álbum, pero eso no alcanza para salvar las papas: a decir verdad solo hay un par de momentos memorables logrados por los sintetizadores (resumidos en la canción All My Love) Perdón Jones, sé que te esforzaste, pero no alcanzó para realzar tan mediocre material. La excitación y la energía gloriosa de antaño son solo un grato recuerdo. Led Zeppelin se ha convertido en una banda músicos mediocres, grises, viejos y cansados que uno imagina tocando en un rincón oscuro de una taberna (la taberna de la cubierta ¿Por qué no?) sin que nadie les preste demasiada atención.

Hay solo dos canciones que más o menos me gustan. Una es All My Love, uno de los dos hits del álbum. En esta canción se notan los últimos esfuerzos de Led Zeppelin por sonar más a menos coherentes. Se trata de un numero pop un tanto melifluo, y muy atípico de Zeppelin, pero que cuenta con suficientes elementos como para entretener, la mayoría de ellos aportada por los sintetizadores. La secuencia de acordes iniciales, tocadas por Jones, son simplemente clásicas y la melodía es lo suficientemente placentera. Pero lo mejor de todo es el extraño y divertidísimo solo de sintetizador del medio; un pequeño toque de genio loco (Jones otra vez) para hacer que un común tema pop suene un poco menos común. También está Hot Dog, una pequeña viñeta de country/rockabilly que tolero porque tiene un estribillo muy muy pegadizo con armonías vocales increíbles.

¿El resto? Simplemente me pasa desapercibido, no existe...y en algunos casos hasta me hace doler la cabeza. Está Fool In The Rain, otro pequeño hit, que se me antoja como una segunda parte de D'yer Mak'er solo que con resultados aún más desastrozos. El riff de piano de Jones es atractivo e inspirado, no voy a negarlo, pero eso no justifica que se lo repita aproximandamente setentaisiete veces y mucho menos justifica esa horrible sección media donde la banda ensaya un jam de samba con silbatos y congas y porongas. ¡Silbatos! Odio los silbatos, y mucho más en una canción de ¡Led Zeppelin! ¿Qué es esto? ¿Música para una fiesta de quince? Uff, horrendo. Pero aún más horrenda es la "épica" de Carouselambra, una cosa infumable, un pasticho de sintetizadores, guitarras distorsionadas horribles y sosos ritmos de disco durante diez minutos. Esta idea pésima no les habría salido bien ni siquiera en su mejor momento. Creo que soporté la canción entera una sola vez y creánme que NO ME URGE escucharla de nuevo.

Lo que queda no es TAN ofensivo pero sigue siendo malo y no hace mucho para que ame más este LP: South Bound Saurez empieza con un enérgico aporreo del piano. Nos ilusionamos, pero vemos que deriva enseguida en un boogie repetitvo, rancio y olvidable. In The Evening, el tema que abre el álbum, pretende ser misterioso y místico pero es solo una repetición estúpida del mismo riff gris. El riff gris, una y otra vez, y otra vez. ¡Otra vez! No más que eso. ¡Ah, sí! y un horrible coro de "Oh, I need your love" que astilla mis tímpanos como una lija. Feeeeeo, Aburriiiido. Estúpidaestúpidaestúpida canción. I'm Gonna Crawl no es mucho mejor. Es el único número de blues que aparece en In Through The Out Door y pretende revivir la gloria de viejas joyas como Since I've Been Loving You con un solo de guitarra claramente derivativo de aquel... no lo logra. Es incluso más aburrido e insulso que el muy, muy, muy parecido Tea For One. Mientras Since I've Been Loving You tenía un vibrante aire de tragedia, de angustia desesperada y Tea For One lograba una agradable atmósfera de derrota y soledad, I'm Gonna Crawl lo único que hace es arrastrarse, tal como su título lo indica. Arrastrarse penosamente sin un solo trazo de emoción sincera o gancho apasionate. Buh!

Y aquí tenemos. Un álbum feo y cansado por donde se lo mire. Me da lástima pensar que los tipos, sobre todo Jones, realmente se esforzaron para hacer algo decente y les salió esta porquería. Es evidente que la droga y el alcohol habían acabado con ellos y qué bien que la muerte de Bonzo les impidió seguir... vaya uno a saber qué clase de basura nos hubieran vendido de haber seguido. El álbum no es proverbialmente malo, pero no se lo puedo tolerar a un grupo que poco tiempo antes podía hacer cosas como Achilles Last Stand, Ten Years Gone o Kashmir. No alcanzo a creer que un álbum de Led Zeppelin transcurra de cabo a rabo sin que se me mueva un solo pelo de emoción ni de entusiasmo. No puedo, no alcanzo.

 

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SINGLES y ARCHIVOS


Coda – 1982

4+/10

"We're gonna love until the break of day"

1) We're Gonna Groove; 2) Poor Tom; 3) I Can't Quit You Baby; 4) Walter's Walk; 5) Ozone Baby; 6) Darlene; 7) Bonzo's Montreux; 8) Wearing And Tearing.

mejor canción: Poor Tom

Coda no es en realidad un álbum de estudio regular (In Through The Our Door había sido el último antes de la disolusión de la banda) sino un compilado donde Jimmy Page reunió todas aquellas grabaciones que habían quedado sueltas y olvidadas y que merecían ser conocidas por el público. Bueno... esto es cierto solo en parte: en primer lugar no son TODAS las grabaciones que habían quedado sin conocerse y, en segundo lugar, es muy dudoso que estas "tomas inéditas" realmente merecieran ser conocidas. No termino de entender exactamente la función de este álbum: me parece verosímil que Page necesitaba algo de dinero extra y en una maniobra semi-desesperada empezó a revolver cajones y a raspar el fondo del tarro y armó un álbum de ocho outtakes con lo primero que encontró. Coda fue el resultado.

Y no está nada mal publicar un álbum póstumo de tomas inéditas. El problema, el gran problema, es que si Led Zeppelin ya había dejado una imagen verdaderamente lamentable con los últimos dos LPs, Coda no hace absolutamente nada por mejorarla. ¡Al contrario! A dos álbumes malos seguidos, Jimmy Page, de manera artificial e innecesaria, suma un TERCER álbum malo, como para completar la trinidad de "álbumes malos de la etapa tardía de Led Zeppelin". Entonces, si Coda hubiera sido publicado hace un par de años como "una curiosidad para coleccionistas y estudiosos" no me hubiera quejado. Pero esta cosa salió al mercado en ¡1982! Dos años depués de desaparecida la banda. Es prácticamente un testamento musical póstumo con pretensiones de ser el noveno álbum de estudio, es algo así como proclamar "Esto es lo último que el gran Led Zeppelin ha guardado para nosostros" cuando lo último que el gran Led Zeppelin ha guardado para nosotros no es más que una pila de excrementos. Francamente Jimmy no veo el propósito de hundir el nombre del grupo de una manera tan brutal a poco tiempo de separarse. La pregunta es: ¿Qué sentido tiene sacar un álbum de tomas inéditas cuando tenés solo un puñado de sobras impresentables? ¿Qué bien, qué favor le hace a la banda sacar un álbum lamentable cuando ya ha dejado de exitir? ¿Eh? Porque los outtakes que aparecen en Coda no son joyas ocultas ni rarezas perdidas: son momentos MALOS de la banda que POR ALGO nunca se habían publicado, ni siquiera en Phisical Graffiti (donde se agotaron casi todos las canciones inéditas que podrían haberle dado sentido a este mamarracho)

Bueno, ahora que dije lo malo que es Coda tendré que decir que a pesar de todo TIENE sus momentos. Y además, soy la única persona en la faz de la tierra que piensa que es MEJOR que In Through The Our Door (por eso le doy un +). No me malentiendan, ambos álbumes son igual de desastrozos, pero mientras que Door tenía solamente UN tema decente, UN tema "no mediocre" (All My Love), Coda tiene al menos cuatro viñetas interesantes. No digo que estas cuatro canciones sean clásicos eternos ni joyas en bruto. ¡Para nada! Son mediocres, mediocres, mediocres y no terminan de justificar mis ganas de escuchar este álbum, pero al menos dentro del contexto absolutamente mínimo en el que se hallan se las arreglan para entretener. La única canción de Coda que no me parece mediocre, que me parece buena, es Poor Tom, una deliciosa pieza folk olvidada desde los días de Led Zeppelin 3. Cómo publicaron Hats Off To (Roy Haper) en lugar de esta joyita está más allá de mi entendimiento. La cuestión es que Poor Tom está muy en la vena de aquel álbum, con gentiles guitarras acústicas, armónicas, un ritmo sorprendentemente potente y una atmósfera levemente oscura e inquietante. La melodía vocal, una de las mejores características de la canción, es relativamente similar a la de Prodigal Son, el tema country de los Rolling Stones, pero a mi juicio la semejanza es sutil y no muy dolorosa.

También me resulta intersante We're Gonna Groove. Este cover de Ben King fue grabado en 1970, o sea, cuando Led Zeppelin estaba en su mejor momento. Por lo tanto, a pesar de su mediocridad, la canción se salva porque uno siente la juventud, la vena, el entusiasmo. La siente en los ataques furiosos de la guitarra, en la devastadora batería de Bonham. La ultima concesión de decencia está en Darlene y Ozone Baby, dos temas grabados en Suecia para In Throught The Ourdoor que finalmente fueron descartados a favor de épicas gloriosas como Carouselambra y In The Evening. No son gran cosa, debo decir, pero ambas son pegadizas y de haber entrado en In Through The Out Door, hubieran mejorado ostensiblemente aquel álbum. Ozone Baby, a pesar de no estar muy desarrollada, por lo menos tiene ¡Un riff!, un buen riff bastante alegre y pop de los que no aparecen en el álbum anterior y una melodía vocal que podemos cantar junto a Robert (¿Intentaron cantar la melodía de Carouselambra?). Y Darlene, aunque bastante repetitiva, cuenta con un estupendo trabajo de Jones al piano, en una perfomance de boogie-woogie que supera con amplitud a cualquier cosa que haya aportado en In Through The Out Door. Sí, son flojitas, pero que venga alguien a decirme que son peores que All My Love, Fool In The Rain o I'm Gonna Crawl que yo esa no me la trago.

Pues bien. Esa es la dosis de "no tan malas canciones" que tiene Coda. Ahora, vayan preparando sus bolsas de mareo para el resto... Ay! EL RESTO. ¿Cómo expresar lo ATROZ, lo INHUMANAS, lo ABISMALMENTE MALAS que son el resto de las canciones? ¿Cómo explicarle al lector la porquería absoluta, total, completa que representan las otras cuatro canciones? No, no, no. No se puede creer que una banda como Led Zeppelin haya sido capaz de grabar este material, pero lo que menos se entiende es cómo pudo Page publicarlas. Hay que ser cínico. Este es el tipo de cosas que TIENEN que quedar archivadas para siempre en la más escabrosa oscuridad. Quizá esto no se aplique con tanto rigor a la toma alternativa de I Can't Quit You Baby. La original ya era bastante sosa y esta no es MUY diferente, por lo tanto no veo exactamente qué hace acá. Es una evidencia de lo traído de los pelos que está este álbum; como no encontraban nada más dijeron "Y pongamos una toma cualquiera de cualquier canción". Y aquí está: I Can't Quit You Baby. Es un blues tan rutinario, tan plano, tan aburrido... no se francamente qué onda con esta canción. ¿Por qué no Stairway To Heaven? ¿Por qué no No Quarter? Ahora, las otras tres sí que son malas. Está Bonzo's Montreux, una especie de danza tribal tocada solo con percusión y efectos electrónicos aquí y allá. Es absolutamente ridícula, pero absolultamente. Simplemente tambores. Tambores y tambores y más tambores tocando siempre lo mismo... ¿Y la gracia? La cosa no entretiene y si muestra algo del talento de Bonham me importa tres pepinos... prefiero que me lo demuestre tocando Achilles Last Stand (¡O incluso Moby Dick!). Además la percusión no suena como una batería de verdad sino como una orquesta de timbales o algo así y para colmo tiene unos efectos de vocoder al final que suenan tan absurdos... Evidentemente se trata de una broma. Lo peor es que sé de gente que se queja de Moby Dick y dice que ésta es ¡¡¡La mejor canción del álbum!!! (George Starostin sin ir más lejos) Pero lo peor aún no ha aparecido. Wearing And Tearing es el tercer descarte, esta vez sabio, de In Through The Our Door; vendría a ser una especie de punk, pero la cosa apenas se puede digerir: yo solo percibo un garabato de ruido, riffs groseros y alaridos maníacos totalmente intolerable. Pero Wearing And Tearing y Bonzo's Montreux parecen Beethoven cuando tenemos también a Walter's Walk. Esta atrocidad inadmisible es al parecer una toma de los días de Houses Of The Holy y es tan, pero tan, pero TAN ESPANTOSA, TAN DESPIADADAMENTE VOMITIVA que llega a intimidar, a dar TERROR de que efectivamente pueda existir algo tan horrendo en el mundo de los sonidos. Comienza con un riff pedestre y lastimoso de esos que podrían haber aparecido en Presence pero enseguida se degenera en un griterío insoportable de Plant respaldado por un ritmo bobo de Bonham y unas guitarras horrendas y atonales despedazándose en el fondo. Los tipos estaban borrachos, pasados de inyecciones o poseídos por Satanás, no me cabe otra explicación para que esta cosa haya sido grabada. La experiencia límite en cuanto a la bajeza de Led Zeppelin; puede ser tranquilamente la peor secuencia de música jamás plasmada en cinta.

Y aquí tenemos a Coda, cuyos puntos más bajos son decididamente espeluznantes pero cuyos puntos altos se las arreglan para darle un nivel de interés inesperado. Ahora, podría haber sido mucho mejor. De hecho, la versión que se incluye en el Box Set The Complete Studio Recordings, que agrupa en una sola caja los nueve álbumes, cuenta con cuatro temas adicionales. Uno es Hey Hey What Can I Do, la gema más oscura e inhallable del grupo, solo se consigue en Box Sets. Este lado B de Immigrant Song es una exquisita balada de buenas melodías y arreglos acústicos y todavía no entiendo cómo no aparece en ningún compilado o cómo no se agregó como bonus track a Coda o a Led Zeppelin 3. También está Baby Come On Home, un número gospel que no es ninguna maravilla, el instrumental completo de White Summer / Black Mountain Side que podría ser un poco aburrido de no ser porque Jimmy LA ROMPE tocando y la tremenda, tremenda Travelling Riverside Blues que, por fortuna, aparece finalmente en BBC Sessions. Con esas cuatro canciones y alguna otra (Como The Girl I Love) Coda hubiera sido un producto mucho, mucho más razonable. Así como está no hace absolutamente nada por el nombre de Led Zeppelin ni por sus oyentes.

 

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BBC Sessions - 1997

9-/10

"Squeeze my lemon till the juice runs down my leg"

1) You Shook Me; 2) I Can't Quit You Baby; 3) Communication Breakdown; 4) Dazed And Confused; 5) The Girl I Love She Got Long Black Wavy Hair; 6) What Is And What Should Never Be; 7) Communication Breakdown; 8) Travelling Riverside Blues; 9) Whole Lotta Love; 10) Somethin' Else; 11) Communication Breakdown; 12) I Can't Quit You Baby; 13) You Shook Me; 14) How Many More Times.

1) Immigrant Song; 2) Heartbreaker; 3) Since I've Been Loving You; 4) Black Dog; 5) Dazed And Confused; 6) Stairway To Heaven; 7) Going To California; 8) That's The Way; 9) Whole Lotta Love (Medley); 10) Thank You.

mejor canción: Travelling riverside blues

Suspiro de alivio. Quince años después del infumable Coda, Jimmy Page y Robert Plant se deciden a enmendar aquel error y publican por fin un material de archivo que hace total justicia al nombre mítico de Led Zeppelin. Lo que tenemos esta vez es un álbum doble de tomas en vivo grabadas para la BBC de Londres entre 1969 y 1971 y las rendiciones son absolutamente bestiales. Se trata simplemente de una excelente banda en vivo en su mejor momento, dándolo absolutamente todo a través de performances inolvidables, crudas, excitantes y devastadoras de sus primeros clásicos, con un Plant que se grita todo y un Page que suelta los acordes como solo él sabe. A decir verdad sigo prefiriendo las versiones de los álbumes originales ya que son más precisas y más trabajadas para lograr el impacto justo. Sin embargo estas versiones en vivo en toda su crudeza, sin doblados ni trucos extras, tienen un plus de espontaneidad completamente subyugante: Led Zeppelin empieza a tocar y uno tiene que estar preparado para lo inesperado, para lo que la banda sienta fluir en ese momento. Como dicen las notas del folleto, cada tema se trata de un viaje misterioso que no sabemos dónde nos llevará. Y es tal cual: empiezan, por ejemplo, con una rutinaria Communication Breakdown y en el medio se ponen a improvisar muy sueltos de cuerpo con retazos de otras canciones, sin mencionar el Dazed And Confused repleto de giros intrigantes y melodías nuevas totalmente inventadas sobre la marcha. Y, por sobre todo los temas, simplemente ROCKEAN, y rockean como la gran puta.

Quizá una pequeña falencia es la repetición un tanto innecesaria de canciones. Dos Dazed And Confused, dos Whole Lotta Love, dos You Shook Me, dos I Can't Quit You Baby, TRES Communication Breakdown. Parece demasiado. Aún cuando Led Zeppelin era perfectamente capaz de tocar dos versiones del mismo tema y hacerlas mundos totalmente distintos, algunas de estas repeticiones como que no suenan muy coherentes. Lo que ocurre es que se recogen aquí diferentes sets de grabaciones y no se han querido descartar los temas repetidos. En algunos casos cada versión tiene su atractivo único, en algunos casos la idea es un tanto redundante... pero no quiero quejarme, ya que ¿Qué estupido puede quejarse por esta minucia cuando cada canción literalmente vuela la casa en pedazos?

En total, este álbum doble agrupa cinco diferentes grupos de grabaciones. El primer volumen recoge las primeras sesiones de grabaciones directas en el estudio más una sesión con público en el Playhouse Thatre de Londres. El segundo disco consiste enteramente en un recital entero ofrecido por el grupo ya en 1971 en el Paris Theatre de esa misma ciudad. Un lindo lío, pero realmente valioso. El primer grupo de grabaciones incluye tres estándares del álbum debut grabados para el programa "Top Gear". You Shook Me es casi mejor que la versión original: más cortante, más provocativa, mas sexual... aunque extraño el teclado eléctrico de Jones. I Can't Quit You Baby nunca me atrajo demasiado, pero aquí suena al menos un poco más cortante, mientras que Dazed And Confused, aunque feroz y truculenta como siempre no puede competir con la perfección contundente de la toma maestra. Hay otro trío de grabaciones hechas para "Tasty Pop Sundae" entre las cuales el highlight absoluto es The Girl I Love She Got Long Black Wavy Hair. Sí, ¡Hasta hay temas nuevos! Y qué tema nuevo. Un riff completamente memorable (y parecido al de Moby Dick, lo cual no está nada mal) y una performance ajustada que simplemente rockea, blusea, jazzea con la voz de Plant en inmejorable forma. También hay un cover desenfrenado de Something Else que no me atrapa demasiado porque la canción no es gran cosa. El set más ambicioso sin embargo es el segundo de "Top Gear" que incluye una rugiente y extrema Whole Lotta Love, que muchos coinciden en que es superior a la versión original. Yo no lo diría así; a pesar de toda su furia, es más caótica, menos compacta, más imprecisa, menos puntual... debido a su carácter improvisacional termina divagando más que la inolvidable toma de Led Zeppelin 2, pero patea culos igualmente. También hay un Communication Breakdown con un pequeño intermezzo blusero y la sorpresa más grata de todo el volumen, un Travelling Riverside Blues con un riff slide tremendo como no escuché en ninguna otra parte, y una excelente performance vocal de Plant. También es el hogar original del famoso "squeeze my lemon" que tanto entusiasmó a Robert Plant (aquí esa frase aparece en al menos cuatro o cinco temas distintos y eso que no está The Lemon Song!). Para culminar con el primer volumen tenemos la primera grabación con público en el Playhouse Theatre donde interpretan de nuevo los estándares del primer álbum. Particularmente memorable es la versión de You Shook Me donde la banda se deja llevar e improvisa durante diez minutos llegando al clímax con el indescriptible solo de órgano de Jones. I Can't Quit You Baby hace una nueva aparición sin lograr demostrarme qué tiene de bueno para que lo toquen tan seguido, antes de la tercera Communication Breakdown (ninguna tiene el agarre bestial de la perfecta toma de Led Zeppelin 1) y un cierre a todo trapo con una versión de doce minutos de How Many More Times, una clásica plataforma para que el grupo improvise todo tipo de trucos y jams. La parte de "Oh Rosie", al igual que en Led Zeppelin, simplemente desborda con su energía.

El segundo álbum es el concierto completo del Paris Theatre. Empieza con la voz del presentador (¿No habla parecido a Paul McCartney?) antes de que la banda se deslice en un furibundo Immigrant Song. La voz de Plant esta vez no llega a dar los infaustos alaridos del comienzo y oír como su garganta se desarticula toda es un poco patético, pero la versión fluye bien, con un pequeño jam antes de sublimarse directamente hacia Heartbreaker, en otra correcta versión. Since I've Been Loving You sin embargo no puede igualar la pasión descontrolada de la versión maestra. La pieza central del concierto es una versión-monstruo de Dazed And Confused que dura dieciocho minutos y medio. Todo bien, hay suficientes cambios y cosas nuevas en el extendido jam, pero la verdad es que se hace un poco larga para tanto sonido raro de guitarra distorsionada. También aparecen aquí algunas de las primeras versiones en vivo de las canciones de Led Zeppelin IV, que todavía no había visto la luz. Black Dog suena sorprendentemente bien, introducida por el musculoso de riff de Out On The Tiles (?) mientras que Stairway To Heaven y Going To California destilan belleza. Pensar que todo ese público estaba escuchando por primera vez, recién sacados del horno, lo que serían clásicos absolutos en las décadas venideras. También está That's The Way antes del grand finale con un Whole Lotta Love de fábula que deriva en un verdadero jam en el cual se interpretan pequeños retazos de clásicos de blues como Boogie Chillun, Fixin' To Die, That's Alright Mama y A Mess Of Blues. Gran entretenimiento, cátedra de rock and roll. Como pequeño resabio nos queda el encore de Thank You que por alguna razón nunca llegó a trasnmitirse por radio.

No me explayé mucho ya que todas estas canciones son bien conocidas y, como dije antes, ninguna está tan pulida y acabada como en los álbumes de estudio. El material es sin embargo potente, fresco como si se hubiera grabado ayer y aportan una prueba clara que pocas bandas han rockeado con tanta vena y tanta magia como Led Zeppelin.

 

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COMPILADOS DE HITS


Remasters - 1992

HHHHH

1) Communication Breakdown; 2) Babe I'm Gonna Leave You; 3) Good Times Bad Times; 4) Dazed And Confused; 5) Whole Lotta Love; 6) Heartbreaker; 7) Ramble On; 8) Immigrant Song; 9) Celebration Day; 10) Since I've Been Loving You; 11) Black Dog; 12) Rock And Roll; 13) The Battle Of Evermore; 14) Misty Mountain Hop; 15) Stairway To Heaven

1) The Song Remains The Same; 2) The Rain Song; 3) D'yer Mak'er; 4) No Quarter; 5) Houses Of The Holy; 6) Kashmir; 7) Trampled Underfoot; 8) Nobody's Fault But Mine; 9) Achilles Last Stand; 10) All My Love; 11) In The Evening.

mejor canción: Stairway To Heaven

Cualquier asno sabe que los cuatro primeros álbumes de Led Zeppelin son ESENCIALES y quien realmente llegue a interesarse por la banda lo suficiente como para adquirir este compilado doble, va a NECESITARLOS DESESPERADAMENTE. Es decir, si Led Zeppelin te gusta aunque sea moderadamente, esta compilación no alcanza y no tiene sentido, salvo que más allá de todo realmente te importe un cuerno la música y sinceramente no te de curiosidad Led Zeppelin 2 después de escuchar la gloria de Heartbreaker (lo cual significa que, como mi hermana, te quedás en la ignorancia más completa). Y si no te gusta Led Zeppelin, tampoco tiene sentido, claro está. La única ventaja que le veo es que permite al admirador de Zeppelin no completista hacerse con los clásicos importantes de los álbumes más prescindibles de la segunda etapa de la banda, pero aún así todo el primer disco se hará redundante si uno está en sus cabales y decide comprarse los primeros cuatro álbumes.

Ahora bien, salvado ese detalle la colección en sí es verdaderamente impresionante y esteriliza cualquier intento de hallar paralelos para Zeppelin dentro del hard-rock. El defecto más imperdonable que le encuentro es haber incluido el bodrio insoportalbe de D'yer Mak'er, cuando todo el mundo sabe que es una de las peores cosas que han hecho, y dejar a afuera la infinitamente superior canción del mismo álbum Over The Hills And Far Away. También sorprende la inclusión de Misty Mountain Hop, una de los temas más detestados en general, y aunque en mi caso no tengo problema porque me gusta, quizá hubiera venido mejor algo como Going To California. Además, si de repente esto fuera lo único que quedara sobre la faz de la tierra de Led Zeppelin, extrañaría mucho cosas como How Many More Times, What Is And What Should Never Be, Living Loving Maid, Tangerine y When The Levee Breaks, pero en todo caso, lo repito, se trata de los primeros cuatro álbumes cuya calidad que desborda las posibilidades de este rejunte. Y me pregunto por qué demonios no incluyeron Hey Hey What Can I Do, quizá en lugar de la patética In The Evening hubiera venido bárbaro sabiendo que es una pequeña joya oscura que solo puede conseguirse comprando la discografía completa del grupo que viene en box-set. Maldito Jimmy Page, ¿Qué te costaba? Buitre!

Por lo demás, esta compilación es muy recomendable para el oyente casual; el sonido es genial, no hay ninguna omisión verdaderamente alarmante, los clásicos infaltables no faltan y aunque el segundo disco compacto palidece notoriamente frente al primero, la calidad nunca baja de "muy buena".

 

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